INDICADOR POLÍTICO

Movimiento Ciudadano para 2024; unifica activos intelectuales críticos

El partido Movimiento Ciudadano aparece como el único partido hasta hoy que está tomando decisiones estratégicas de política como ajedrez: creó su Consejo Consultivo Ciudadano el 28 de mayo y logró la confluencia de importantes figuras ciudadanas que andan al garete por la ausencia de instituciones políticas interesadas en hacer… política.

En la reunión de instalación contaron con la presencia de José Ramón Cossío Díaz hoy en condición de ministro jubilado de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y una de las voces ciudadanas más críticas y certeras contra el desorden en la política nacional. Es temprano para asegurarlo, pero Cossío sería la única figura fuera de las élites desgastadas del sistema/régimen que pudiera configurar una candidatura presidencial ciudadana en 2024.

Entre los integrantes del Consejo Consultivo Ciudadano del partido MC se encuentran, por lo demás, otras figuras disidentes y críticas del sistema político y su sistema de partidos. Destacan, por ejemplo, los politólogos Jacqueline Peschard, Mauricio Merino y Héctor de Mauleón, los intelectuales Héctor Aguilar Camín, Federico Reyes Heroles y Rafael Pérez Gay, el activista universitario Tonatiuh Bravo Padilla, la excandidata presidencial Cecilia Soto y los exfuncionarios Pablo Kuri y Sergio Alcocer, entre otros.

Se trata del primer bloque de activistas políticos de pensamiento crítico que andaban desperdigados y que encontraron en MC cuando menos el espacio para la conjunción de ideas, sin necesidad de militar en ese partido fundado como Convergencia en 1999 y transformado en MC en 2011. MC ha sido el único partido que ha buscado la convergencia de militancias diversas en acciones político-electorales, aunque con la falta aún de un programa común plural.

La clave de los nuevos movimientos potenciados por la debacle del PRI, del PAN y del PRD y por el avance de Morena como partido-Babel la dio el ministro Cossío Díaz: encauzar la inquietud ciudadana a través de los partidos políticos. Sin partidos, “por mucha sociedad que haya, por mucha crítica que haya, no hay incidencia en los órganos de formación de las normas jurídicas”.

Hasta ahora, personalidades ciudadanas como las del Consejo Ciudadano de MC no habían encontrado forma de tener sinergias con los partidos. Se trata, dijo Cossío, de “empoderar a los ciudadanos”. De ahí la iniciativa del fundador de MC, Dante Delgado Rannauro, de abrir zonas de influencia del partido sin pertenecer al partido.

Y en el caso del Consejo Consultivo, fue significativo que figuras importantes del derecho y la politología –sobre todo– hayan tomado la decisión de establecer lazos de interrelación ajenos a la militancia efectiva. Hasta ahora, varios de los ahora consejeros ciudadanos no militantes de MC habían destacado por sus expresiones críticas en medios, pero sin vincularse a organización partidista alguna.

Sólo como punto de referencia se registra el caso español: en mayo de 2011 estalló la crítica espontánea de ciudadanos como indignación ante el deterioro del sistema político. De ahí nacieron dos experiencias partidistas: Podemos y Ciudadanos, el primero más significativo porque fue creado por politólogos en activo con cátedras de ciencia política en universidades. El problema vino después: esas figuras se transformaron en políticos y perdieron votos; la indignación politológica se convirtió en lucha por el poder.

Los politólogos son los únicos científicos sociales que tienen el conocimiento para profundizar en el funcionamiento del sistema/régimen/Estado. A lo largo de la historia parlamentaria mexicana ha habido importantes politólogos en política activa –como, por ejemplo, Enrique González Pedrero–, pero convertidos más en políticos que en posiciones críticas contra el sistema. López Obrador es el primer egresado de la carrera de ciencias políticas –estudió en la UNAM–, pero también sus acciones públicas han sido como político y no como politólogo.

Ahora Peschard, Aguilar Camín y Merino, por ejemplo, tendrán éxito en su participación en el Consejo Consultivo Ciudadano de MC en tanto que no pierdan su sentido crítico politológico. Aguilar Camín, por ejemplo, coordinó un esfuerzo inaudito hace años: indagar cinco mil fichas de politología en el Instituto de Antropología, cuyos datos ayudarían a entender el futuro político de México.

La confluencia de intelectuales en un partido político ayudaría a sacar el debate político del marasmo en que lo tienen hundido el PRI, el PAN, el PRD y ahora Morena.

 

¿Dudas? Por si faltaran pruebas, las elecciones del pasado domingo 2 de junio en varias plazas de la república mostraron la inexistencia de la militancia del PRI, salvo los votos duros controlados por los sectores corporativos. De haber existido esa activa base militante, el PRI hubiera avanzado en Puebla y Baja California. En ambos estados, buena parte de la base militante se pasó a Morena, el partido considerado como neoPRI. Estas cifras electorales dan una pista de cómo viene la elección de nueva directiva del PRI.

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El Heraldo de Saltillo
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