Los servicios de salud materna de calidad son inaccesibles para las mujeres pobres: UNICEF

 Para muchas familias de bajos recursos, pagar los elevados precios de un parto puede ser catastrófico, advierte el Fondo de la ONU para la Infancia en un informe divulgado este lunes, que también destaca la muerte de más de 800 mujeres al día debido a complicaciones que tienen que ver con el embarazo.

El estudio “Madres saludables, bebés saludables” señala que más de 5 millones de familias en África, Asia y América Latina y el Caribe gastan más del 40% de sus recursos no dedicados a la alimentación en cuidados de salud materna cada año y detalla que casi dos tercios de esas familias viven en Asia y 1,9 millones en África.

La directora ejecutiva de UNICEF explicó que el costo de los cuidados prenatales y de parto hace que muchas mujeres ni siquiera busquen atención médica durante el embarazo, lo que pone en peligro sus vidas y las de sus bebés.

“Si una familia no puede pagar esos precios, las consecuencias pueden ser fatales. Cuando las familias evitan acudir al doctor para reducir los gastos por cuidados de salud materna, tanto las mujeres como los bebés sufren”, subrayó Henrietta Fore.

Demasiadas muertes evitables

Según los datos de UNICEF, diariamente se registra un mínimo de 7000 muertes neonatales y la mitad de esos bebés estaban vivos al empezar el trabajo de parto. Además, otros 7000 bebés mueren durante su primer mes de vida.

El contraste entre la atención que reciben las mujeres según su capacidad económica es devastador. En el sur de Asia, las mujeres ricas tienen al menos cuatro visitas más de atención prenatal que las mujeres de familias pobres. Cuando se trata de mujeres que dan a luz en un establecimiento, la brecha entre las más pobres y las más ricas es más del doble en África occidental y central.

“Le estamos fallando a las madres más pobres y vulnerables en cuanto a la atención de calidad durante el embarazo y el parto. Muchas mujeres siguen sufriendo, sobre todo en el alumbramiento. Podemos poner fin a esta situación y salvar millones de vidas con tan sólo dos manos preparadas, instalaciones funcionales y mejor calidad antes, durante y después del embarazo”, afirmó la directora ejecutiva de UNICEF.

El Fondo de la ONU recordó que si bien los doctores, enfermeros y parteras son cruciales para salvar la vida de las mujeres y sus hijos, millones de partos ocurren sin la presencia o atención de un profesional.

Contrastes entre pobres y ricos

El estudio reconoce que el personal de salud aumentó en muchos países entre 2010 y 2017; sin embargo, precisa que ese incremento fue mínimo en los países más pobres, donde los niveles de mortalidad materna y neonatal son más altos.

Como ejemplo refiere que durante ese periodo los trabajadores de salud aumentaron de 4 a 5 por cada 10.000 personas en Mozambique, y de 3 a 9 en Etiopía, mientras que en Noruega, ese número pasó de 213 a 228.

Por otra parte, UNICEF resalta que las complicaciones del embarazo son la principal causa de muerte entre las adolescentes de 15 a 19 años y que sus hijos corren un mayor riesgo de fenecer antes de los cinco años. No obstante este peligro, las esposas niñas o adolescentes tienden a recibir menos cuidados adecuados durante el embarazo y tienen menos probabilidades de parir en una instalación de salud que las mujeres que se casan siendo adultas.

Además, las niñas casadas terminan teniendo más hijos que las esposas adultas, lo que socava sus oportunidades de aspirar a una vida mejor e incrementa la carga financiera de sus familias.

Campaña mundial

La campaña mundial de UNICEF «Cada VIDA Cuenta», lanzada en 2018, llama a los gobiernos, los proveedores de servicios de salud, los donantes, el sector privado, las familias y los negocios a que colaboren para mantener vivos a todos los niños y a sus madres, tomando cinco medidas:

  1. invertir en sistemas de salud, empezando a nivel de comunidades;

reclutar, capacitar, retener y gestionar un número suficientes de doctores, enfermeros y parteras especializados en cuidados materno y neonatal;

  1. garantizar instalaciones limpias, funcionales y equipadas con agua, jabón y electricidad que estén al alcance de todas las madres y sus bebés;
  2. suministrar a todas las madres y bebés los medicamentos y equipo necesario para un inicio saludable de sus vidas; y
  3. empoderar a las adolescentes y sus familias para que exijan y reciban atención de calidad.

(ONU NOTICIAS)

 

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El Heraldo de Saltillo
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