Estudio del Cinvestav Unidad Saltillo garantiza que el recurso hídrico obtenido de plantas de tratamiento es una alternativa a la escasez del vital líquido
Para las zonas urbanas, la Organización Mundial de la Salud recomienda tener entre nueve y 11 metros cuadrados de área verde por habitante para reducir el impacto medioambiental de la urbanización, al tiempo que mejore la calidad de vida en las ciudades; una situación que en América Latina dista mucha de ser la más óptima, pues en promedio la región, que es de las de mayor crecimiento urbano del planeta, está por debajo de esas recomendaciones.
En el caso de México, una de las limitantes para llegar a ese objetivo es la disposición del recurso hídrico, ya que más de la mitad del territorio nacional es árido, por lo que el uso del vital líquido se restringe para actividades prioritarias, dejando a segundo término el riego de parques urbanos.
De manera particular, en Saltillo se ha planteado el uso de agua residual tratada no solo para el riego de parques y áreas verdes urbanas, sino también para otras actividades productivas como la agricultura y la industria.
Para ello, el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) Unidad Saltillo, a través del Laboratorio de Revaloración de Residuos perteneciente al Programa de Sustentabilidad de los Recursos Naturales y Energía, se ha encargado de realizar un análisis de la calidad y los posibles usos del agua obtenida de las plantas de tratamiento ubicadas en Saltillo y Ramos Arizpe.
De acuerdo con Salvador Carlos Hernández, investigador del Laboratorio, una de las sugerencias medioambientales a nivel mundial es aprovechar al máximo todos los residuos generados por las industrias, lo que significa un reto significativo en cuanto al agua se refiere.
El tratamiento anaeróbico de aguas residuales con alta carga orgánica produce biogás, el cual puede utilizarse para la generación de electricidad o calor. Sin embargo, se deben identificar qué tipo de tratamiento es necesario emplear para qué tipo de agua residual, ya que a las plantas de tratamiento llegan desde desechos de la industria ganadera hasta de farmacéuticas.
En ese sentido, el especialista del Cinvestav Unidad Saltillo, refirió que con base en el análisis realizado a aguas municipales tratadas a partir de procesos aerobios, los resultados demuestran que el líquido obtenido puede ser empleado para diversos usos en los municipios de Saltillo y Ramos Arizpe, incluso, en algunos casos, aplicando un proceso más de purificación podría llegar a ser agua potable, aunque reconoció que la principal causa por lo que eso no ocurre es por falta de aceptabilidad social, ya que la gente se resiste a beber agua que fue residual.
“La calidad del agua tratada está regida por dos Normas: la NOM-001-CNA y la NOM-003-CNA. La primera define los límites permisibles de parámetros físico-químicos y biológicos en el agua tratada, mientras que la segunda se enfoca en los lineamientos para el reúso. De las plantas de tratamiento analizadas, todas cumplen con los parámetros necesarios para reusar el vital líquido. En el caso de los sólidos totales disueltos y la demanda biológica de oxígeno, la norma dice que debe estar por debajo de 30 miligramos por litro; todas cumplen con esas características, al tiempo que para metales pesados, por ejemplo, se precisa que el contenido sea menor de 0.2 mg de arsénico por litro, y se vio que las plantas de tratamiento cumplían”, señaló el investigador.
En el caso de los coliformes fecales, que es uno de los parámetros más importantes para garantizar el reúso en aplicaciones humanas de contacto directo, como riego de áreas verdes urbanas, no todas las plantas de tratamiento cumplían con los máximos permitidos, pero con un proceso complementario sería posible obtener los parámetros necesarios. Sin embargo, señaló que para aplicaciones de contacto indirecto sí es posible utilizar el agua tratada.
Con esos resultados se realizó un informe con recomendaciones de uso para el agua obtenida de las plantas de tratamiento, entre las que destaca su empleo en el riego de áreas verdes urbanas, agricultura y usos industriales.
Para realizar este estudio fue necesario establecer vinculación con el sector gubernamental, en específico con la Comisión Estatal de Agua y Saneamiento de Coahuila, y con el sector industrial a fin de conocer las necesidades e intención de emplear ese tipo de agua reciclada.
“Fue gratificante saber que la situación del agua es algo que está identificado por los usuarios de la zona, tanto industriales como agricultores, y en ambos casos han mostrado el interés de utilizar ese tipo de agua en caso de obtener la autorización, por lo que este tipo de estudios puede tener un impacto inmediato”, concluyó Salvador Carlos Hernández. (CINVESTAV)
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