MADAME BOVARY 

ARIADNE H.

Madame Bovary es el referente por excelencia a la infidelidad y al adulterio. Aún con todo esto, el trasfondo del que pocos hablan es también digno de discusión. Gustave Flaubert escribe el relato no solo de una mujer infiel, sino de una mujer apasionada. Escribe sobre las pasiones del ser humano y, específicamente, sobre el amor desmesurado; incursiona, a su vez, sobre las novelas y sobre una idealización de la que bien podríamos ser culpados casi todos los lectores.

Madame Bovary, novela escrita por el famoso Gustave Flaubert, es más conocida como el referente popular y por excelencia a la mujer infiel y al adulterio. La obra del escritor francés es, sin embargo, más que esto. Llevada a la pantalla en distintas ocasiones, Madame Bovary ha pasado a la historia como una de las obras clásicas más importantes no solo de Flaubert, si no también de la literatura francesa.

Flaubert escribe el relato no solo de una mujer infiel, sino de una mujer apasionada; escribe sobre las pasiones del ser humano y, específicamente, sobre el amor desmesurado. Se propone a hablar en su novela, a su vez, sobre el arte de las novelas y a discutir sobre una idealización de la que bien podríamos ser culpados casi todos los lectores.

A raíz de esta novela, ha surgido un término comparable casi al de quijotismo. Este término es el de Bovarismo y, ha ganado tanta importancia, que distintos ensayos se han dedicado a estudiarlo. César Perez de Franciso lo explica como la sed de lo imposible y la persecución de lo absoluto; en cambio, Jules de Gaultier se atreve a decir que consiste en soñar la vida en lugar de vivirla. Sea como sea, los lectores habrán de encontrar el significado del término y comprender a lo qué se refería el autor cuando dijo “Yo soy Madame Bovary”.

Flaubert nos presenta a Emma: una chica que no solo tiene afición por la lectura de novelas, sino que también se caracteriza por ser una soñadora en el sentido estricto de la palabra: Emma se dedica a soñar despierta, a ansiar todos los pasajes sobre los que ha leído y tener una vida digna de ser retratada en palabras. Esta es Emma Bovary, un personaje que merece ser analizado a fondo. El libro narra el cruce de Emma con el doctor Bovary, con el que, inevitablemente, se termina casando.

Me parece que la palabra idealizar es la más idónea en este caso y, a mi parecer, la que más se acopla al personaje de Emma, quien pasa de alimentarse de puras bellas ilusiones a caer en una realidad que le resulta dura y gris: la de la monotonía y la del matrimonio “¿Estaría acaso condenada, para siempre, a parecer risueña, escuchar continuamente que era dichosa, fingir que lo era y dejar que los demás lo creyeran?”

Madame Bovary es una obra que le llevó al autor siete años en total en construir. La obra se halla impregnada de una prosa delicada y exquisita e, igualmente exquisitamente construidos están sus personajes.

Son personajes son reales: representan el drama de vivir y del que pocos escritores contemporáneos se atreven a hablar. Flaubert hablaba del amor apasionado y arrebatador; retrató personajes complejos y sus pasiones de tal manera, que, aún después de tantos años de su publicación, todo lo dicho por Flaubert sigue siendo vigente, aunque sean pocas las personas que se atrevan a admitirlo.

 

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El Heraldo de Saltillo
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