La maestra de la Buenavista
En esta ocasión te platico de una que se le armó a una maestra que daba clases en la primaria, allá por Buenavista, cerca de la Narro, y esto sucedió en el mes de marzo del no lejano año de 1925.
Te platico lo sucedido. Resulta que los padres de familia, en voz de Francisco Corbera, exigieron la intervención de la autoridad educativa para sancionar y retirar de las aulas a la maestra Ana Morales Guevara, quien supuestamente se ostentaba como profesora de instrucción primaria y al parecer no lo era.
Los jefes de familia estaban molestos, debido a que pareciera que sus hijos perderían el año escolar. ¿El motivo? La señora Ana Morales, supuesta profesora no trabajaba como profesora y hasta llegaba a comportarse como una niña más en el salón de clases.
Mi tocayo aseveró, y cito textual: “desde que entró, nomás se la pasa organizando puros bailes y paseos, olvidandose de las clases y eso no esta bien, porque entonces ¿a qué mandamos a nuestros hijos a la esucela si no van a estudiar?”
Incluso era notorio que los niños y niñas empezaron a abandonar las clases y la verdad no por falta de interés de los infantes, sino por la inconfomidad de los padres de familia, debido a la supuesta mala educación que estaban recibiendo. Aseguraban que sacaba a los alumnos del salón y se los llevaba al campo, sin darles de comer y sólo jugaban entre la tierra y por lo tanto terminaban todos empolvados.
Tanto fue el borlote que se le armó a la maestra de primaria de la Buenavista, que hasta tuvo que intervenir quien fungia como responsable de educación federal, el señor Ramón Méndez, quien se comprometió a tomar rapidamente cartas en el asunto.
Por más que estuve investigando e indagando sobre este caso en el archivo municipal de nuestra hermosa ciudad de Saltillo, no encontré el desenlace de esta novela educativa que sucedió muy cerca de la guarida de los Buitres de la Narro; no encontré en que terminó esta historia en la cual los padres de familia se quejaban de que la maestra sólo organizaba fiestas y bailes con sus hijos, y a lo mejor la señora Ana Morales, la maestra, hacia las cosas correctas, pues quien quite y era mestra pero de baile. Por cierto, la maestra dicen que se comportaba como una alumna más y pues tenía razón, ¿acaso no se dice que hay que sacar el niño que todos llevamos dentro?
Autor
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Es Saltillense*, papá de tres princesas mágicas, Rebeca, Malake y Mariajose. Egresado de nuestra máxima casa de estudios, la Universidad Autónoma de Coahuila, en donde es catedrático, es Master en Gestión de la Comunicación Política y Electoral por la Universidad Autónoma de Barcelona, el Claustro Doctoral Iberoamericano le otorgó el Doctorado Honoris Causa. Es también maestro en Administración con Especialidad en Finanzas por el Tec Milenio y actualmente cursa el Master en FinTech en la OBS y la Universidad de Barcelona.
Desde el 2012, a difundido la historia, acontecimientos, anécdotas, lugares y personajes de la hermosa ciudad de Saltillo, por medio de las Cápsulas Saraperas.
*El autor afirma que Saltillense es el único gentilicio que debe de escribirse con mayúscula.
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