CIUDAD DE MÉXICO. En el incendio en la Comisión Nacional del Agua (Conagua) del 23 de marzo, además de auditorías, se quemaron y perdieron trámites de concesiones y asignaciones de aguas nacionales (de ríos, lagos, lagunas o acuíferos); permisos de descargas de aguas residuales de zonas federales o materiales pétreos y juicios en contra de la institución.
Excélsior tiene en su poder documentos que salieron volando durante el incendio y cayeron en la calle sin que ninguna autoridad los intentara recuperar.
Hasta ahora, sólo un área de Conagua, de las cuatro siniestradas, se ha pronunciado acerca de estas pérdidas y se desconoce si se cuenta con respaldo magnético de la documentación física quemada o extraviada.
Sólo se han pronunciado sobre las auditorías albergadas en el piso 9, en la Coordinación General de Recaudación y Fiscalización, donde se inició el incendio —debido a una presunta falla eléctrica—, que se extendió hasta el piso 13.
Pero nada se sabe sobre la documentación de la Gerencia de Aguas Subterráneas, que estaba también en el piso 9. O qué pasó con los expedientes de los pisos 10 y 11, donde se ubicaba la Subdirección General de Administración del Agua. O sobre los juicios en contra de la dependencia y otros papeles legales que se resguardaban en el piso 12, en la Subdirección General Jurídica.
Karime Orozco Acosta, coordinadora general de Recaudación y Fiscalización, en entrevista con un medio nacional, habló de la pérdida de 101 auditorías; pero ni Agustín Félix Villavicencio, subdirector de Administración del Agua, ni Óscar Javier Priego Berezaluce, subdirector general Jurídico, han mencionado la documentación faltante en sus áreas.
Este diario se comunicó con las áreas afectadas por el fuego y con Comunicación Social de Conagua, para preguntar sobre la magnitud de expedientes perdidos y si había respaldo digital, pero hasta el cierre de esta edición no había respuesta.
Uno de estos expedientes recuperados por transeúntes, días después de apagado el fuego, que se esparcieron por la calle, pertenecía a la Subdirección General de Administración del Agua.
«Realmente, se barrió y se recogió toda la documentación física en el edificio de Conagua varias semanas después del incendio. No se recuperó de inmediato», dijo un trabajador de la dependencia.
El expediente “TAB-L-0251-12-04-16”, recogido en la calle, trata de una Concesión y Permiso de Perforación otorgados a María Georgina Granados Díaz, apoderada legal de la empresa AGRÍCOLA DEL RÍO USUMACINTA SPR. DE R.L. DE C.V., la cual está constituida en Tabasco y su objeto social son las actividades productivas de explotación, comercialización e industrialización de toda clase de cultivos agrícolas, piscícolas, frutales; explotación de ganado vacuno y porcino y la explotación de recursos renovables y no renovables.
Como Conagua administra, regula, controla y protege las aguas nacionales en el país, es la entidad que autoriza los permisos y concesiones a empresarios, municipios e industrias para explotar los acuíferos.
A María Georgina Granados Díez, por ejemplo, se le otorgó la concesión y el permiso de perforación “para explotar, usar o aprovechar aguas subterráneas por un volumen de tres mil 360 metros cúbicos anuales para uso pecuario, a través de un pozo profundo ubicado en el Ejido Ingeniero Mario Calcáneo Sánchez, municipio de Balancán, Tabasco”.
Excélsior también tiene un juicio membretado del Poder Judicial, en el cual una “actora” argumenta que Conagua “quiere fincarle créditos fiscales, sin tener competencia para ello”.
A dos meses del incendio, los empleados de Conagua consultados no tienen un cálculo de la dimensión de expedientes perdidos por el incendio.
Hasta este lunes 20 de mayo se incorporarán todas las áreas de la dependencia a la nueva sede, ubicada en Calzada México Xochimilco 4985, en la colonia Guadalupe Tlalpan, que albergará a dos mil 500 empleados.
Los primeros en mudarse el 9 de mayo fueron los empleados de las subdirecciones General de Administración, General Hidroagrícola, General de Agua Potable, Drenaje y Saneamiento y la Coordinación General de Atención de Emergencias y Consejos de Cuenca.
Empleados se quejaron, pues siguen remodelando las nuevas oficinas, así como por falta de internet. (EXCELSIOR)
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