Seis claves para entender por qué el Barcelona triunfa en LaLiga pero fracasa en Champions League

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Madrid.- El Barcelona ha sido sin duda el gran dominador de LaLiga española durante los últimos años, pero es incapaz de trasladar esa solidez a la Champions League, el trofeo más deseado del fútbol europeo.

La debacle de Liverpool, donde los locales ganaron 4-0 para remontar el 3-0 conseguido por los azulgranas en la ida, es un claro ejemplo. Pero, ¿por qué el Barcelona es incapaz de llevar su dominio nacional al continente?

LA SOMBRA DEL REAL MADRID

Real Madrid y Barcelona viven una de las rivalidades deportivas más encarnadas de todos los tiempos y esta marca el estado mental de cada equipo. El Real Madrid, el club con más Champions League del mundo, cuenta ya con 13 de un trofeo que siente como propio.

Pese al resbalón de este año contra el Ajax, el Madrid venía de hacer historia al conseguir tres seguidas entre 2016 y 2018, un hito que nadie había logrado.

Mientras, en Barcelona crece la sensación de estar desaprovechando tiempo y recursos. Cuando se inició en 2008 el mandato de Pep Guardiola, que revolucionó el mundo del fútbol y reunió a una generación inolvidable de jugadores como Piqué, Eto’o, Xavi, Busquets, Iniesta y sobre todo, Messi, el Madrid les sacaba ocho Copas de Europa.

Once años más tarde, después de que estos jugadores alcanzaran su plenitud y se les unieran otras grandes estrellas como Neymar, Luis Suárez, Dembelé, Coutinho o Ter Stegen para completar la mejor época de la historia azulgrana, el Madrid sigue a la misma distancia.

Messi sigue sumando años (cumple 32 en junio) y el Madrid, mientras tanto, continúa su «dictadura» en Europa hasta convertir la Champions League en una obsesión para el Barcelona. Y las obsesiones, ya se sabe, nunca son buenas.

ROMA EN EL RECUERDO

El tema mental ha sido sin duda clave en esta eliminatoria contra el Liverpool. El año pasado en cuartos de final el Barcelona venció a la Roma con autoridad en el Camp Nou por 4-1, pero sufrió uno de sus peores cataclismos al perder la eliminatoria tras caer por 3-0 inesperadamente en la capital italiana ante un equipo teóricamente muy inferior.

Aquel día en los 90 minutos del partido, nadie fue capaz de reanimar a un equipo que dio la sensación de indolencia.

La herida, sin duda, sigue abierta y desde el martes, ampliada. En cuanto el Liverpool marcó el 1-0 en el minuto 6, el Barcelona fue un juguete en sus manos.

El cuarto gol que le daba la eliminatoria a los hombres de Jurgen Klopp fue el ejemplo perfecto: mientras los jugadores del Liverpool estaban espabilados y activados, todo el Barcelona estaba distraído.

«Que nos pase esto ahora después de lo del año pasado en Roma…», confesaba Busquets, al borde las lágrimas, en una entrevista tras el partido. La frase muestra el golpe psicológico que supuso este partido para la plantilla azulgrana, que aún no se ha recuperado.

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LA PARADOJA DE LA REGULARIDAD

Mientras tanto, el Barcelona brilla en LaLiga por muchos motivos, pero hay uno que destaca.

Al jugar un partido cada semana, el equipo que entrena Ernesto Valverde no es capaz de desconectarse. Prueba de ello es que se proclamaron campeones con cuatro jornadas de antelación y su hoja de servicios es inmaculada: 25 victorias, 8 empates y solo 3 derrotas.

Sin embargo, Europa no exige esa regularidad, pero sí no fallar en ninguno de los momentos claves, donde el Barcelona no ha mostrado esa solvencia que tiene en LaLiga.

De ahí se extrae que los azulgranas tienen calidad de sobra para vencer a equipos más débiles, pero que sufre cuando se enfrenta a conjuntos más potentes.

MESSI Y LOS GRANDES MOMENTOS

Protagonista indiscutible del campeonato nacional con 34 goles y 13 asistencias, Messi es sin duda es el factor diferencial del Barcelona.

Sin embargo, hace tiempo que en los grandes escenarios no marca distancias, ni con su equipo ni con la selección argentina.

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Con la albiceleste fracasó en todos los torneos que disputó: perdió tres finales de Copa América (2011, 2015 y 2016) y una de Copa del Mundo (2014) en las que pasó con más pena que gloria.

En los Mundiales de 2010 y 2018 tampoco fue mejor ya en ninguno de los dos fue capaz de pasar de cuartos de final, pese a haber contado durante todos estos años con una buena generación de jugadores argentinos como Agüero, Di Maria, Higuaín o Dybala, entre otros.

La última gran actuación que se recuerda de Messi en un torneo de gran calado es la Champions League 2015, donde guió desde principio a fin al Barcelona al título.

Desapareció en 2016 en cuartos en la derrota contra el Atlético de Madrid, fue invisible en la caída contra la Juventus en 2017, decepcionó gravemente en Roma en 2018 y pese a que es imposible decir que su Champions League ha sido mala (doce goles), no tiró del carro en el partido decisivo contra el Liverpool.

Las críticas no solo se limitan a su rendimiento, sino que en ningún momento ha dado la sensación de ser el líder al que su equipo se puede agarrar cuando peor van las cosas.

EL DECLIVE DE SUÁREZ

Mortal en LaLiga, segundo máximo goleador del Barcelona tras el propio Messi, el uruguayo Luis Suárez se convierte en un ariete que asusta mucho menos en Champions League.

En la máxima competición del fútbol europeo, Luis Suárez lleva sin marcar fuera de casa desde 2015, un lujo que su equipo no se puede permitir.

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En Liverpool su equipo intentó buscarle, pero en ningún momento le dio una salida de balón ordenada a un equipo que sufría las embestidas típicas de este Liverpool de Jurgen Klopp.

Se le vio pesado, descoordinado y poco acertado en una ocasión de esas que sí mete en LaLiga y que le hubiese dado un balón de oxígeno importantísimo al Barcelona, pero que terminó en las manos de Becker sin peligro. Uno de los grandes señalados.

FICHAJES Y BANQUILLO

De las incorporaciones recientes del Barcelona, solo el chileno Arturo Vidal y el francés Clement Lenglet se salvaron de la quema el martes ante el Liverpool.

Con Dembelé fuera por lesión, Coutinho se hizo un hueco en el once titular y no solo no funcionó, sino que fue uno de los peores jugadores del equipo por su apatía y desacierto.

Ernesto Valverde no contó para su once inicial con Arthur, que marca sin problemas el ritmo en LaLiga, pero al que la intensidad de la Champions League superó el otro día en el infierno de Anfield.

El Barcelona fichó al brasileño Malcom este verano tras robárselo a la Roma a último minuto. Sin embargo, Valverde lo condenó al ostracismo esta temporada, donde apenas ha jugado. Se acordó de él en los últimos minutos frente al Liverpool. Tampoco funcionó.

Precisamente el entrenador azulgrana es uno de los grandes señalados de la eliminación. Pese a su buen trabajo en LaLiga (dos consecutivas) y Copa del Rey (una ganada y clasificados para la final del próximo día 25), Valverde ha protagonizado dos debacles históricas en Champions League con el Barcelona. La prensa española afirma que podría no continuar. (XINHUA)