GOBIERNO ABIERTO 

Tuve el honor de rendir protesta como facilitador en el secretariado técnico para gobierno abierto del Estado de Coahuila de Zaragoza. Esta distinción, por reglamento reservada a un académico, establece entre sus funciones ayudar en el seguimiento de las acciones derivadas de la sociedad y el gobierno.

El gobierno abierto se inserta en la necesaria y continua participación de la sociedad en las decisiones públicas. El futuro de las instituciones debe ser la participación, esta representa el comienzo y el fin del proceso político. Elegir es iniciar, pero establecer el control e impidiendo las desviaciones del mandato constituyen la madurez de una ciudadanía que enfrenta los retos.

La participación es una bendición, pero como todo tiene su condición, no es suficiente la opinión, sino la acción y el seguimiento. Es fácil pensar que solo basta la transparencia para la participación, no es así, aunque la opacidad es mortal para el deber ciudadano. Se trata entonces, desde el gobierno, de una continua y perpetua adecuación de las funciones, acciones y políticas con que el estado opera para empoderar al ciudadano, quien no sólo debe ser iniciador, sino también final de lo público.

Las aportaciones como resultado de la participación ciudadana son imprescindibles para la creación de políticas públicas. La función pública requiere de los conocimientos, experiencias, opiniones y valores de los ciudadanos. La implementación de las decisiones difíciles depende, en buena medida, del consentimiento, aprobación y apoyo de los ciudadanos, de ahí surge que el político debe atender no solo las políticas y los problemas sino también la política, siendo esta la percepción de ese consentimiento y aprobación ciudadana.

Según la Open Government Standars, los estándares de Participación ciudadana son los siguientes; primeramente, la apertura; esto es promover consultas públicas, animando la participación y en particular, animando a los grupos de interés comprometidos. Un segundo estándar es el establecimiento de plazos claros y razonables, lo que permite que los procesos participativos estén estructurados de manera de asegurar el tiempo suficiente para permitir que las partes interesadas puedan aprender acerca de la consulta, revisar los materiales, preparar y garantizar la calidad de los aportes considerados. Tercero, información completa, clara y comprensible: Que los materiales de apoyo disponibles para los servidores públicos involucrados en los procesos de toma de decisiones se pongan a disposición de los ciudadanos; que los principales datos y su análisis deban ser presentados en una forma que sea accesible y comprensible para el público.

Un cuarto estándar es la colaboración activa, permitiendo así que los organismos públicos sean proactivos en sus interacciones con el público, estableciendo múltiples canales para obtener información. Quinto, procedimientos de trabajo claros. Sexto estándar, empoderamiento del público, los procesos participativos deben tener por objeto colocar la decisión final en manos del público. La participación se vuelve estéril y anula su madurez sin un sexto estándar que es la transparencia y rendición de cuentas.

Continuemos trabajando desde la trinchera de lo social en la participación, para tener los gobiernos que necesitamos y nunca más creer en tener el gobierno que merecemos o deseamos.

Yo soy Héctor Gil Müller y estoy a tus órdenes.

 

Autor

El Heraldo de Saltillo
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