PIERRE SALAMA: UNA EXPLICACIÓN ECONÓMICA

Pierre Salama ha sido considerado uno de los principales científicos sociales, se distinguió por ser un académico multidisciplinario, crítico, observador y analista profundo. De origen egipcio; nacionalizado francés, Pierre Albert Gilbert Salama realizó importantes contribuciones al análisis de los procesos económicos y sociales de los países en desarrollo, enfocado en problemas como la pobreza, narcotráfico, trabajo informal, desigualdad, deuda y finanzas públicas en América Latina.

Su obra ha encontrado un gran reconocimiento internacional y ha ejercido una influencia significativa en la investigación económica realizada en América Latina y en México, donde colaboró de manera intensa con múltiples instituciones.

He recurrido a la lectura de su artículo “Imperialismo y articulación de los Estados-nación en América Latina” con el fin de extraer tesis y argumentos que nos permitan explicarnos, desde un enfoque económico, algo del panorama actual de nuestro país.

Pierre Salama parte del planteamiento de que la economía de exportación es a la vez industrializante y antindustrializante. Además, que la industrialización y su especificidad no son más que el resultado de una modificación de la articulación preexistente entre los Estados-nación. Y que la respuesta a la crisis tiene como fin la toma del aparato de Estado por parte de la burguesía industrial, a través de la implementación de un un régimen político populista, que juega funciones anticrisis.

Salama argumenta que el aparato de Estado, por encontrarse inserto en las relaciones comerciales internacionales que determinan, en última instancia, su naturaleza, constituye el instrumento de penetración de las relaciones de producción capitalista, y por lo tanto da un impulso a una acumulación de capital orientada hacia el mercado interno.

Así pues, la burguesía débil, a menudo poco representada en el aparato de Estado, puede servirse de este último, aunque no sin dificultades, para asegurar su auge. Sin embargo, se enfrentan a obstáculos para su constitución como clase, que provienen fundamentalmente de la inserción de estos Estados capitalistas en la economía mundial y de su articulación en relación con los Estados capitalistas de las economías del centro. Estos últimos pueden intentar controlar la economía de los Estados de la periferia, colocando en sus aparatos, ya sea a las clases que trabajan directamente para ellos o bien a las clases para quienes el mantenimiento de sus privilegios depende precisamente de una delimitación de la difusión de las relaciones de producción capitalista, y por lo tanto de una limitación del progreso de la burguesía industrial.

Por otra parte, señala Salama, la economía de exportación asegura una difusión de las relaciones mercantiles, las cuales forman la base del desarrollo y una burguesía industrial, pero en la medida en que la economía de exportación es igualmente antindustrializante, su expresión conduce a una fuga hacia el exterior de la demanda solvente.

La crisis de la economía mundial dificulta la satisfacción de dicha demanda a través de las importaciones. La demanda solvente permite entonces el desarrollo de una industrialización, la cual se caracteriza por un viraje de producción que es por tanto específica y que se orienta ante todo a la satisfacción de la demanda final.

El desarrollo de la burguesía industrial y su ascenso al aparato del Estado tienen la misma causa: la profunda y perdurable modificación de la articulación de los Estados debido a la crisis mundial. La crisis por lo tanto lleva una intervención creciente del Estado, ella se da primero de forma indirecta y luego directa estimulando la industrialización.

Concluye Salama que es a través de la comprensión de la articulación de los Estados-nación y del grado variable de autonomía relativa del Estado con respecto al capital, y a los Estados-nación imperialistas que actúan sobre él, que puede captarse las implicaciones sociopolíticas y, por tanto, actuar sobre ellas.

@Pepevegasicilia

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El Heraldo de Saltillo
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