Una vida auditiva y de integración social a Regina: estado de Coahuila da esperanza

Testimonio de beneficiaria de implante coclear

¡Regina ya escucha! Y con la terapia de lenguaje, pronto podrá comunicarse claramente y desarrollar una vida como las demás niñas de su edad, gracias a los apoyos del Gobierno del Estado de Coahuila.

Nueve meses han pasado desde el encendido de su implante coclear, un dispositivo que le permite oír los sonidos de la vida diaria.

Ella, como otros pequeñitos, es una de las beneficiarias del programa “Un sonido que despierta la vida”, que operan el DIF y la Secretaría de Salud Nacional, con el apoyo del Gobierno estatal.

Juan Francisco Flores, papá de Regina, recuerda el momento en que percibieron, con temor, que algo no estaba bien en la salud de su hija, a casi cumplirse un año de su nacimiento.

«Empezamos a ver que gritaba mucho, que no escuchaba, le hablábamos y no hacía caso. La llevamos a hacer una prueba de audición y nos dimos cuenta de que no escuchaba”, dijo.

“Me afectó más que a mi esposo. Lloré mucho ese día, quería tratar de entender qué había pasado”, agregó Beatríz Cerecero Saucedo, madre de la pequeña.

La pareja fue a Monterrey en busca de especialistas que vislumbraran otro panorama para la vida de Regina, pero les confirmaron la alteración auditiva de su hija. El diagnóstico: Hipoacusia bilateral, la incapacidad para detectar sonidos en ambos oídos, parcial o totalmente.

“Tenía una pérdida severa y solamente con un implante coclear ella podría escuchar», explicó Beatríz.

El presupuesto de una clínica privada de aquella ciudad les dio otra noticia para la que no estaban preparados económicamente.

“Así como pudimos, pagamos el estudio, fuimos con el doctor y nos dio un presupuesto de cuánto costaban el implante, los honorarios médicos, gastos de hospital… era una cantidad muy elevada, 800 mil pesos», detalló.

Bety reconoce que perdió la esperanza de ver a su hija con la posibilidad de desarrollar su vida de manera normal cuando su esposo fue despedido de la empresa donde prestaba sus servicios como tornero.

“Se nos vino todo para abajo y pensábamos cómo pagarlo, pero no teníamos la manera”, dijo.

Sus ánimos se vieron también frustrados ante el rechazo que Regina sufría por otros niños de su edad.

“Estábamos en una piñata y viene su hermanito, que sí escucha, y me dice: ‘Mamá, las niñas no quieren jugar con mi hermana porque ella no habla’”, narró.

“Sentí muy feo. Por un lado me la imaginaba hablando con señas sin que la gente la entendiera, todavía me duele, pero por otra parte pensaba que su rehabilitación podría ser posible; había leído de los implantes».

Fue la trabajadora social del kínder al que asistía Regina quien le habló a Bety del programa de implantes del DIF Coahuila, y quien le devolvió la ilusión de toda mamá de ver a su hija con un mejor futuro.

“Ella me dijo: ¡Mire señora, hay este programa! Yo la verdad no me había enterado y ella me llevó al DIF, que ahí muy amablemente nos recibieron. Se había cerrado la campaña, pero después nos hablaron, no pasó mucho tiempo, dos meses y nos dijeron que podía ser posible”.

Sentimientos encontrados de emoción y miedo fue lo que experimentó al recibir la noticia, relata.

“Nos pusimos súper felices, siempre pensando en el riesgo pero valientes para seguir adelantes, ya estábamos ahí”, agregó.

Con el apoyo del DIF Nacional, Regina fue intervenida quirúrgicamente para la colocación de su implante, gratuitamente, después de varios viajes y estudios en Pachuca, Hidalgo; los costos de éstos últimos, fueron absorbidos por el DIF Coahuila y el Gobierno del Estado.

El momento más importante para Bety y Francisco fue el 8 de mayo de 2018, día que Regina pudo escuchar sonidos que provenían de la boca de su mamá, en el encendido de su implante en el Hospital Universitario de Torreón, que fue atestiguado por la señora Marcela Gorgón, esposa del gobernador Miguel Riquelme Solís y Presidenta del DIF Coahuila.

“Cuando la conectaron, de inmediato se dio cuenta que había sonidos y ella volteaba a ver mi boca y sorprendida de que de ella salía un sonido. Curioseaba de dónde venía ese sonido, muy emocionada y sorprendida… en casa sigue descubriendo, cada día descubre un nuevo sonido, ella todo quiere saber, quiero que hable y que tenga un futuro normal”, dijo.

A partir de ese esa fecha, la vida de la familia Flores Cerecero cambió por completo, tanto como la salud auditiva de Regina con su implante coclear; ella recibe tres veces a la semana terapias en el Centro de Rehabilitación y Educación Especial de Saltillo, para que poco a poco habilite su lenguaje y pueda comunicarse con quienes le rodean.

Tanto Bety como su esposo Francisco agradecen la intervención del gobernador Miguel Riquelme y su esposa, la señora Marcela, para que su hija tenga otra oportunidad de vida.

“Estamos muy agradecidos, ellos hicieron posible que mi hija escuchara y esto nos cambió la vida, sabemos que en Coahuila se ha apoyado a muchos niños, los papás estamos felices de que nuestros hijos escuchen y que el día de mañana tengan las mismas oportunidades que los demás”, agradeció.

“No dejen de apoyar», solicitó Francisco a las autoridades estatales y federales, «hay mucha gente que requiere de esta tecnología, que es de alto costo y que pocos tienen los recursos para adquirirla, pero con ayuda del Gobierno se pueden realizar este tipo de operaciones para ayudar a los niños a que cambien sus posibilidades de desarrollo”.

Regina sigue asistiendo a la escuela, pero de otra manera, hoy disfruta de uno de los cinco sentidos que nos ayudan a aprender, empieza a platicar, descubre sílabas y escucha sonidos que imita, y día a día comprende mejor el mundo, un mundo del cual no podía, no era justo, que se quedara aislada. (EL HERALDO)

 

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El Heraldo de Saltillo
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