ACONTECER

MENTIR ES PECADO 

Tal parece que al señor Obispo, Don RAÚL VERA LÓPEZ, se le olvida con demasiada frecuencia que mentir es un pecado. Por fortuna los socios de la Sociedad Ecológica Mexicana del Norte, propietarios del CIMARI de General Cepeda, tuvieron este miércoles la gentileza de recordárselo.

Y es que al señor Obispo se le ocurrió decir que a los trabajadores del CIMARI se les inyecte alguna sustancia para ingresar a trabajar a la planta, y que “cuando salen, se les desbaratan los trajes que les ponen”, y otras sandeces monumentales como esa.

De tal manera que, de forma educada, los socios del CIMARI le dijeron al Obispo que es un mentiroso, y sin duda, a la vista de esas declaraciones que él mismo dio, no les falta nada de razón.

Lo peor del caso es que, abusando de su ignorancia, don Raúl les siga mintiendo a los campesinos para valerse de ellos como una forma de seguir acaparando reflectores, y que algunos medios, a pesar de lo evidente de sus falsedades, se presten al juego de publicarle todo lo que dice, sea cierto o no.

NADIE POR ENCIMA DE LA LEY

Instigados por el Obispo, y extrañamente apoyados por el ex alcalde de General Cepeda, LUÍS ERNESTO ZAMORA (cuyo padre, RODOLFO ZAMORA fue el alcalde que autorizó la operación del CIMARI) este miércoles un pequeño grupo de campesinos se les ocurrió cerrar la carretera libre y la autopista de cuota que van de Saltillo a Torreón, como una forma, según ellos, de presionar al súper delegado REYES FLORES HURTADO para que éste ordene el cierre del famoso CIMARI, porque según ellos, así se los prometió AMLO.

Pero aquí no es Michoacán; aquí estamos en Coahuila, un estado en dónde nadie debe estar por encima de la ley. De tal forma que el mismo miércoles por la tarde elementos de la Secretaría de Seguridad Pública despejaron pacíficamente la manifestación y despejaron las vías de comunicación que se encontraban cerradas.

DE RAMOS HABLANDO

El que sigue dando de qué hablar es el ex alcalde de Ramos Arizpe, ERNESTO SARO BOARMAN, del cual sus allegados recuerdan que, hace cosa de 30 años, le gustaba reunirse a  jugar póker con tres amigos cada semana. Desveladas, secretos y risas imperaban en esas reuniones a las que solía asistir un tal Pepe, apodado “la Lonja”, quien mejor se murió para no ver la clase de persona en la que se convirtió quien fuera su amigo. También acudía GERMAN MERINO quien fue regidor cuando Saro fue alcalde en 1997, con el cual Saro terminó peleado a muerte. Y el tercero era RICO AGUIRRE papa de RICARDO AGUIRRE, aunque también solía acudir don TOMÁS GUTIÉRREZ, otro con el que terminó en pleito casado.

Ricardo Aguirre, hijo de Rico; TOMMY GUTIÉRREZ, hijo de don Tomás; y MÓNICA MERINO, hija de don Germán, todos ellos actuales funcionarios públicos, han recibido de Saro un trato prepotente y despectivo, olvidando que todos ellos son hijos de los que fueran sus grandes amigos.

Saro es el mejor ejemplo de que la soledad siempre llega a un corazón repleto de envidia y odio. O como decía Facundo Cabral “pobrecito mi patrón, piensa que el pobre soy yo”.

20 MIL MILLONES

La rebaja de calificación a PEMEX por parte de la calificadora Fitch Ratings le costará a México alrededor de 20 mil millones de pesos, ya que el costo de su deuda pública se elevará inevitablemente ante esta nueva circunstancia, que se generó por la desconfianza que tienen los inversionistas por el nombramiento como director de la paraestatal de un ingeniero agrónomo que no tiene ni la menor idea de cómo operar una empresa petrolera, y por la desaparición del gobierno corporativo con el que venía operando, para dejar todas las decisiones en manos precisamente de este inexperto ingeniero. AMLO culpa a todo mundo por la decisión de la calificadora, principalmente a sus antecesores, los “neoliberales”; pero el único culpable de este nuevo problema surgido en la 4D es él mismo, y sus malas decisiones. Ya va siendo hora de que asuma su responsabilidad, y deje de estar echando las culpas a todos los demás, ¿no cree usted?

paco1533@prodigy.net.mx

 

Autor

Francisco De la Peña de León
Francisco De la Peña de León
Director editorial de El Heraldo de Saltillo
Otros artículos del mismo autor