Guardia y estrategia de seguridad reventada al interior de Morena
Por un mal manejo de las piezas legislativas de Morena y el exceso de confianza del presidente López Obrador, la iniciativa de Guardia Nacional y la nueva estrategia de seguridad fueron reventadas al interior de Morena.
Cuando menos tres errores fueron fundamentales y afectarán la estabilidad de seguridad de la república:
1.- La reforma Constitucional aprobada y ahora congelada en una Minuta mutilada, reorganiza la responsabilidad en el manejo de las fuerzas armadas y la nueva Guardia Nacional en tres puntos: saca a la GN de temas de “orden interior”, le quita al Senado la facultad de consentir que el presiente de la república mueva tropas de la GN y centraliza el control de la nueva GN en el ejecutivo federal.
2.- Una maniobra operada por el diputado morenista Pablo Gómez Alvarez –antes del PRD y antes de ahí líder de la Juventud Comunista en 1968– y con la pasividad incompetente del líder de la bancada morenista Mario Delgado –pieza legislativa de Marcelo Ebrard Casaubón en su carrera por la candidatura presidencial de Morena en el 2024– borró el Cuarto Transitorio y con ello le quitó a las fuerzas armadas su posibilidad de seguir ayudando a las fuerzas de seguridad pública hasta el funcionamiento óptimo de la GN.
Al borrar el Cuatro Transitorio de la Minuta en automático se tendrán que regresar a las fuerzas armadas a sus cuarteles y dejar la seguridad pública contra los cárteles en manos de una Guardia sin experiencia. El Cuarto señalaba: “de manera excepcional, en tanto la Guardia Nacional desarrolla su estructura, capacidades e implantación territorial, la Fuerza Armada permanente prestará su colaboración para la seguridad pública”. Ahí se formalizaba en la Constitución la participación militar y naval en seguridad pública, sin tener que reglamentar la seguridad interior.
3.- La novatada –otra más– del diputado morenista-ebrardista Mario Delgado y la jugada sesentaiochera del diputado Pablo Gómez revelaron los problemas de funcionalidad de una bancada de Morena como Torre de Babel de lenguajes, intereses y enfoques y exhibió de paso la incapacidad de imponer la agenda de López Obrador de tres piezas políticas clave del presidente de la república: la secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, el subsecretario de Gobierno con responsabilidad de enlace legislativo, el exsenador Zoe Robledo, y la presidenta de Morena Yeidckol Polevnsky, quienes desconocen la nueva dinámica parlamentaria y exhiben su candidez y falta de control político sobre los legisladores morenistas.
El reencauzamiento del proceso legislativo para formalizar la Guardia Nacional costará negociaciones, concesiones y sobre todo un nuevo acuerdo con el PRI a costa de mayores concertaciones, además de sufrir el aumento de la presión de organismos y sectores políticos internacionales para bloquear la Guardia Nacional. Las negociaciones en el Senado para reinsertar en la Minuta el Cuarto Transitorio podría ser fácil por la capacidad del senador Ricardo Monreal de arreglar todo a base de concesiones, pero la nueva Minuta tendría que regresarse a la Cámara de Diputados para una nueva aprobación y ahí otra vez enfrentará la fuerza del diputado Gómez Alvarez para impedir el Cuarto Transitorio Versión 2.0 y la incapacidad del coordinador de la bancada morenista Mario Delgado para controlar a su propia bandada y negociar con el PRI y con el PAN.
La Minuta parchada necesitará de la mayoría absoluta –tres cuartas partes de los diputados en el pleno– y se convertirá en un punto de derrota política para el presidente López Obrador porque de la nueva Minuta depende su estrategia de seguridad a largo plazo con la Guardia Nacional y con las fuerzas armadas en labores de apoyo a la seguridad pública cuando menos hasta 2024. Y de acuerdo con percepciones al interior del equipo lopezobradorista de seguridad pública, la Guardia y el ejército son vitales para obtener resultados en seguridad.
La clave del proceso de nueva aprobación de la Minuta sobre la Guardia Nacional, sin embargo, tendrá que pasar primero por la aduana interna de Morena, sobre todo del diputado Gómez Alvarez, cuya militancia comunista, su participación en el 68, su arresto por militares y su encarcelamiento como preso político ha dominado sus tareas legislativas. Como diputado miembro de la Comisión de Puntos Constitucionales, Gómez Alvarez sabe que votar por la reinserción del Cuatro Transitorio iría en contra de su biografía política y porque él operó el repudio de otros partidos hacia el Transitorio.
Y los diputados que apoyaron a Gómez Alvarez en contra del primer Cuarto Transitorio tampoco pueden votar por su restauración.
La estrategia de seguridad lopezobradorista en términos de la Minuta tiene solo tres escenarios: o se rechaza toda o se repone depurando la bancada morenista radical de diputados como Gómez Alvarez o se aprueba descafeinada
Política para dummies: La política se mueve por el pensamiento estratégico, no por las pasiones caudillistas autoritarias.
@carlosramirezh
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