La lista para los medios
Recién entré a estudiar comunicación me enamoré de un mushasho. Así escribo mushasho porque todavía me acuerdo y me sonrojo, para empezar aceptar eso era terminar de enterarme que era un hombre torcido, invertido y pecador según la tradición, y luego saber que mi primer flechazo sería en la Facultad, como película de comedia romántica de domingo en televisión abierta.
En mi casa mis padres tenían algo muy claro, para ser alguien en la vida tenías que tener título universitario, después se suavizaban diciendo que lo que decidiera ser estaba bien pero que fuera ¡el mejor! Luego descubrí su mentira cuando les dije que quería estudiar comunicación y parecía que les hubiera dicho que asalté un banco y que necesitaba que me guardaran el dinero porque me perseguía la policía.
Este mushasho empezó a trabajar en un periódico, ¡le gustaba escribir! Yo ya me sentía casado con un J.K. Rowling mexicano por la magia que me hacía sentir (que cursi, disculpen), o que un día sería titular de noticias y yo el productor, una pareja única en los medios de comunicación, todas esas fantasías pasaron al bote del olvido cuando el mushasho en cuestión decide dejar la carrera porque el oficio de periodista lo necesitaba al 100%, mi madre pudiera aceptar a un hombre en la casa pero ¿un hombre sin título? Nunca.
El presidente Andrés Manuel López Obrador dio a conocer este martes los nombres que encabezarán los medios del Estado mexicano, algo así como la lista de Santa Clos de los niños que a su criterio se portaron bien y quiere trabajar con ellos. También anunció que presentará ante el Senado la propuesta para que Jenaro Villamil sea el que coordine el Sistema Público de Radio y Televisión. Con la aclaración que el gobierno federal en teoría no debe tener injerencia en este sistema y mencionó que garantizará su absoluta autonomía, no se duda de eso pero se tendrá que observar la situación.
La lista y no precisamente para el mandado va así: Armando Casas para Canal 22; Gabriel Sosa en Radio Educación; Aleida Calleja para el Instituto Mexicano de la Radio; Lidia Camacho en Dirección General de Televisión Educativa; Sanjuana Martínez en Notimex (sería la primera mujer en encabezar la agencia de Noticias); Rodolfo González en RTC; José Antonio Álvarez en Canal 11 y Fernando Coca (que no dudo empiecen a hacer chistes sobre su apellido) en Canal 14.
Aquí pudieron nacer varias preguntas como ¿quién es Jenaro Villamil? Villamil desde hace años se dio a conocer por varios libros como La caída del telepresidente (2015) y El Reality show de Peña Nieto (2009) donde fue critico de nuestro anterior presiente, colaborador de El Financiero, La jornada y Proceso además de haber sido catedrático en varias universidades, entonces no, de ninguna forma podemos decir que es un improvisado, el hombre le sabe.
Si desean sacar un café y googlear cada uno de los nombres, verán que la mayoría de los integrantes de la lista tienen estudios de posgrado y tienen experiencia en el servicio público, a lo mejor sus mamás también les decían que tenían que estudiarle, en otras palabras mi mamá sí me hubiera dejado andar con ellos/ellas, así como también les interesará encontrar que José Álvarez es un ex gobernador y actual senador, algo que posiblemente más delante dé más de un reportaje.
El mushasho una vez se enteró que mi corazón tenía su nombre, no me dejó de hablar ni me tiró un golpe, se casó con mi mejor amiga ¡que tal! Sin olvidar que cuando se enteró no pude platicarlo con él porque estábamos aislados ante la crisis de la influenza, toda una novela de bajo presupuesto improvisada.
El senado revisará, mientras tanto que la promesa de Villamil de mejorar la calidad de la programación, respetar a la audiencia y darles material con mejor contenido y no, no se refiere a subir antes las películas que Netflix ya esta en la mesa. Sera cuestión de tiempo para revisar los cambios y ver si funciona, no dudamos en que surjan las críticas pero empezamos con una cuestión ¿Cuántos mexicanos sabían que existían esos puestos junto con esos medios de comunicación? Mínimo el dato del día aprendimos.
Mi amiga se divorció del mushasho, no necesariamente por la falta de título ni por pensar en que lo que me hacía era desleal y sufría remordimiento, él ahora es un destacado hombre de letras y sus reconocimientos jamás estarán a un lado de mis títulos universitarios en la sala mientras vemos canal 11.
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