El presidente de Renault, Carlos Ghosn afirmó haber sido «falsamente acusado y detenido de manera injusta» en su primera comparecencia ante un juez, casi dos meses después de su arresto en Tokio.
El Economista publicó en su página web que el magnate del automóvil, de 64 años, se defendió con voz clara y firme sin mostrar ninguna emoción, en una audiencia que atrajo la atención de medios de todo el mundo y de numerosos curiosos.
Vestido con un traje oscuro, parecía más delgado a su llegada, esposado y con una cuerda en torno a su cintura. Recordando haber dedicado «dos décadas de su vida a levantar Nissan y construir la alianza», Ghosn dijo haber actuado «con honor, legalmente y con el conocimiento y la aprobación de los directivos de la compañía», según una declaración escrita que él debía leer.
Aseguró que en absoluto había hecho que Nissan compensara sus pérdidas personales y detalló las transacciones por las que se le acusa de abuso de confianza, afirmando que las sumas transferidas por una filial de Nissan a un empresario saudí fueron para pagar unos servicios realizados para el grupo en la región del Golfo.
Riesgo de fuga
Por su parte, el juez justificó la prolongación de su detención por un riesgo de fuga.
«Hay suficientes elementos para considerar que el sospechoso podría incitar a personas implicadas a tapar infracciones», alegó el magistrado Yuichi Tada.
Una larga fila se formó ante el tribunal. Más de mil personas esperaban en el frío para intentar conseguir uno de los pocos sitios en la sala de audiencias, pues solo se repartieron 14 tiques por sorteo para el público.
El embajador de Francia en Japón debía asistir «en el marco de la protección consular», según un portavoz de la embajada. También debían hacerlo los de Líbano y el cónsul de Brasil, según la cadena de televisión pública NHK.
Este tipo de comparecencia es inusual, pues solo el 0.6% de los detenidos solicitaron este tipo de requerimiento el año pasado. La comparecencia no tiene casi ninguna posibilidad de cambiar el curso del proceso pero tiene una fuerte carga simbólica para Ghosn, pues le ofrecía la oportunidad de romper el silencio mediático en el que se halla sumido desde hace semanas.
«Aunque solo sean diez minutos, para él es muy importante poder decir al mundo su verdad sobre él», declaró Flavien Neuvy, director del Observatorio Cetelem del automóvil, con sede en París.
También debían poder expresarse su equipo de abogados, liderado por un exfiscal, Motonari Otsuru, quienes previeron ofrecer una rueda de prensa este martes por la tarde tras la celebración de la audiencia.
Su equipo de abogados, liderado por un exfiscal, Motonari Otsuru, presentará un pedido de fin de detención para su cliente, que está en prisión hasta el viernes por sospechas de abuso de confianza.
Pero puede ser nuevamente acusado con los mismos cargos, confió Otsuru a la prensa. Llegado el caso comenzaría entonces un nuevo periodo de detención provisoria, que se superpone a la que ya cumple tras su primer procesamiento el 10 de diciembre.
¿Complot?
El empresario franco-brasileño-libanés fue acusado el 10 de diciembre de haber omitido declarar a las autoridades bursátiles unos 5,000 millones de yenes (44 millones de dólares) de ingresos entre 2010 y 2015.
Además, también es sospechoso de haber participado en una minoración similar de los honorarios, esta vez de 2015 a 2018, y de abuso de confianza. Es sospechoso de haber efectuado giros desde una cuenta de Nissan a beneficio de un empresario saudí.
¿Cuándo podrá ser liberado? «De manera general, en el caso de negar totalmente las acusaciones, la liberación bajo fianza generalmente no se aprueba hasta que comience el juicio», que recién será dentro de seis meses como mínimo, declaró Otsuru.
Sus familiares mostraron su indignación. Dos de sus hijas, entrevistadas por el New York Times, se preguntaban si todo el proceso no se debería a una artimaña de Nissan para evitar un eventual proyecto de fusión con Renault.
La esposa de Greg Kelly, mano derecha de Ghosn, detenido el mismo día que él y liberado el 25 de diciembre bajo fianza, también denunció un «complot internacional, una traición de algunos dirigentes de Nissan».
Un escenario que el constructor japonés rechazó, afirmando que no había tenido otra elección que «poner fin a las graves actuaciones» de quien un día salvó a la empresa.
Frente a la avalancha de acusaciones, Renault optó por mantenerse discreto y conservando su confianza en Carlos Ghosn, mientras que Nissan y Mitsubishi Motors lo destituyeron rápidamente de la presidencia del consejo de administración. (CON INFORMACIÓN DE EL ECONOMISTA Y AFP)
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