AMLO se baja de la ola de las energías verdes y apuesta por lo más contaminante

 (Xinhua/Francisco Cañedo) 

El nuevo gobierno ha presentado un presupuesto de gasto en materia energética que busca impulsar las energías tradicionales y más contaminantes, como el combustóleo, la gasolina, el diésel y el carbón, dejando a un lado la apuesta por las renovables que en los últimos años había predominado en el mercado mexicano.

El cambio de rumbo puede provocar que, en el mediano y largo plazo, México incumpla con los compromisos que se había impuesto en el Acuerdo de París contra el cambio climático y en la ley de Transición Energética, consideran expertos de la industria.

“Es una exigencia del sector. Necesitamos conocer este mapa de ruta de cómo van a trazar la reducción de gases de efecto invernadero, (…) o si realmente a este gobierno, y entonces que lo diga categóricamente, no le interesa este tema”, dice Angélica Quiñones, presidenta de la Asociación Nacional de Energía Solar (ANES).

El sitio web de Expansión publicó que la Ley de Transición Energética, que se aprobó como parte de los acuerdos firmados por la pasada administración en París, establece que México debe alcanzar el 25% de generación limpia para este año, el 30% en 2021 y el 35% en 2024. Según los últimos datos disponibles, al cierre del primer semestre del año, las energías limpias ya aportan 24.12% de la generación eléctrica del país.

El mayor impulso provino de las tecnologías solares y eólicas, que se vieron beneficiadas por las subastas de largo plazo (licitaciones) implementadas por la anterior administración.

Freno a la energía verde

Pero el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha frenado las licitaciones para energías limpias que estaban previstas, y no ha trazado una ruta sobre su destino. Las tres subastas anteriores dejaron compromisos de inversiones de 8,600 millones de dólares (mdd) para los próximos tres años.

De hecho, el proyecto de presupuesto para la Comisión Federal de Electricidad (CFE) va en línea contraria con alcanzar los objetivos de reducción de emisiones de gases invernadero.

“Se buscará abarcar la mayor cantidad de centrales sin afectar el suministro del fluido eléctrico, así como las modernizaciones, reconversiones de combustóleo a gas y las repotenciaciones que, en el corto y mediano plazo, atiendan la creciente demanda de servicio eléctrico, destinando para este propósito 34,310.3 millones de pesos (mdp)”, dice el documento.

Este dinero se repartirá en: 15,361.4 mdp para las termoeléctricas de ciclo combinado, 10,416.7 mdp para plantas de carbón, 7,040.0 mdp a centrales de vapor convencional, 171.1 mdp en centrales a diésel, 980.5 mdp a plantas geotermoeléctricas y 340.6 mdp destinados a la rehabilitación de centrales hidroeléctricas.

Esto quiere decir que la estrategia es impulsar las centrales existentes de CFE, aunque utilicen fuentes contaminantes. El anterior gobierno había planteado retirar de la circulación algunas de esas plantas, pero López Obrador ha dado marcha atrás a la idea, pues prefiere apostar por las plantas actuales para reducir los costos de la electricidad y aumentar la capacidad de generación en el corto plazo.

“Por el lado de CFE, vemos un enfoque de dejar de lado a las energías limpias, porque el principal aumento se da a centrales eléctricas ya existentes”, explica Alejandro Limón, especialista del Centro de Investigación Económica Presupuestaria (CIEP).

El gobierno incluso medita la construcción de una nueva central carboeléctrica en el norte, según ha comentado Armando Guadiana Tijerina, senador por Morena y presidente de la Comisión de Energía.

La única energía renovable que por ahora tiene apoyo es la hidroeléctrica, a la cual se le destinarán 980 mdp para la remodelación y aumento de capacidad de sus plantas.

Sin embargo, según Angélica Quiñones, las subastas de largo plazo han mostrado que se pueden construir proyectos renovables con velocidad y con menores costos de generación que las tecnologías fósiles.

Menos dinero

El presupuesto de egresos para 2019 tiene otras señales preocupantes en materia de transición energética: dependencias como el Instituto Nacional de Energías Limpias, la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (Conuee) y la subsecretaría de planeación energética de la Secretaría de Energía vieron reducidos sus presupuestos, dice Alejandro Limón.

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales también tiene proyectado un recorte del 32% a su presupuesto para 2019. Dentro de esta dependencia, la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos tendrá 19.63% menos recursos en términos reales. Esta última dependencia se encarga de otorgar los permisos para el impacto ambiental de las empresas petroleras, como el caso del desmonte de vegetación para la nueva refinería que se construye en Dos Bocas, Tabasco.

El gran salto en el presupuesto lo tuvo Pemex, para apoyar tanto la extracción de petróleo como la refinación de petrolíferos. Pero el presupuesto de la petrolera nacional etiquetado al “entorno ecológico” registró una fuerte caída del 51% en términos reales. (EXPANSIÓN)

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Agencias