El plan para refugiados y migrantes de Venezuela, una carrera contra el tiempo

 ACNUR/Fernando Godinho

 El flujo de refugiados y migrantes que salen de Venezuela ha generado una situación de crisis regional a la que 16 países han respondido con un plan que busca atender las necesidades más urgentes de los millones de desarraigados y las comunidades que los acogen. La estrategia precisa de 738 millones de dólares para su implementación en 2019.

La asistencia de emergencia directa, la protección, la integración socioeconómica y cultural y el fortalecimiento de los países receptores son los pilares del Plan Regional de Respuesta para Refugiados y Migrantes de Venezuela presentado este viernes en Ginebra.

La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) coordinan en esta iniciativa el trabajo de 95 organizaciones de 16 países para enfrentar el mayor desplazamiento de población registrado en años recientes en América Latina.

Actualmente, 3,3 millones de venezolanos se encuentran en 16 países de Sudamérica y las proyecciones en las que se basa el Plan prevén la salida de dos millones más en 2019.

En la conferencia de prensa del lanzamiento, el representante especial conjunto de ACNUR y OIM para los refugiados y migrantes venezolanos, Eduardo Stein, definió el plan como “una primera aproximación a la emergencia”.

“Ha sido una carrera contra el tiempo debido a la naturaleza, el alcance, el ritmo y la complejidad del fenómeno de desplazamiento que enfrentamos”, explicó.

“Los venezolanos que conocí durante mis visitas hablaron de hambre, de la falta de acceso a cuidados médicos, de inseguridad, amenazas, temor. Son familias, mujeres solas, niños, jóvenes de ambos sexos, todos ellos en condiciones de extrema vulnerabilidad. La única opción que tuvieron fue irse del país – a veces debiendo caminar durante días – buscando una vida digna y la posibilidad de construir un futuro”, dijo Stein, agregando que esta crítica situación se ha visto exacerbada por la falta de medios de vida, lo cual expone a los refugiados y migrantes a todo tipo de explotación.

Solidaridad regional

La salida de venezolanos de su país se aceleró en 2017 y aumentó aún más en 2018, con un promedio estimado en 5500 personas diarias abandonando el territorio nacional.

Stein subrayó la generosidad de los países que han recibido a los migrantes y refugiados.

“El nivel de solidaridad y apertura que han mostrado los países latinoamericanos con el flujo de venezolanos ha sido extraordinario. Pero la región no estaba preparada y ningún país, ni siquiera los tres más afectados: Colombia, Ecuador y Perú, han podido lidiar con esta llegada masiva”, puntualizó.

Fondos requeridos

El Plan tiene el objetivo de socorrer a 2,7 millones de personas en 16 países durante 2019. De ellas, 2,2 millones son venezolanos y el otro medio millón son habitantes de las comunidades anfitrionas y para ello requiere de 738 millones de dólares, incluidos recientemente en el llamamiento humanitario global de la ONU

“Este plan es un llamamiento a la comunidad de donantes, entre ellos diversas instituciones financieras internacionales y actores de desarrollo para que aumenten su apoyo a refugiados y migrantes en la región y en las comunidades de acogida”, dijo Stein.

Aclaró que la estrategia no pretende sustituir a ninguna autoridad, sino ayudar y complementar lo que están haciendo los gobiernos de los países anfitriones y enfatizó la necesidad de aliviar la grave situación humanitaria de los millones de venezolanos en búsqueda de protección, albergue y oportunidades para construir un futuro.

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filipo Grandi, por su parte, apeló a la solidaridad de los donantes ante la contingencia.

“El llamamiento lanzado hoy pone de relieve la urgencia de esta compleja situación, que evoluciona con mucha rapidez, y la necesidad de que las comunidades de acogida reciban apoyo”, recalcó.

Otras carencias

Además de las humanitarias, citó otras carencias que deben atenderse como la documentación, y regularización de los migrantes y refugiados, la capacidad de los sistemas de asilo y el acceso a servicios básicos, la educación entre ellos.

Hasta el momento, la mayor parte de los migrantes y refugiados de Venezuela han llegado a Colombia. Si bien muchos se han quedado ahí, otros han seguido la travesía, en especial rumbo a Ecuador, Perú, y en menor medida a Chile y Argentina. Brasil también se ha convertido en un punto de destino importante. México, el Caribe y los países de Centroamérica han tenido un número menor de llegadas, ya sea directas o a través de movimientos secundarios. Se prevé que estas tendencias persistan a lo largo de 2019. (ONU NOTICIAS)

 

Autor

Agencias