El talante «dialogante» que todos han destacado de George H. W. Bush puede triunfar, como el Cid, después de su muerte. El expresidente falleció este viernes a los 94 años de edad, enfermo de Parkinson. Pero uno de los pocos presidentes que no supo revalidar mandato, tras ocupar la Casa Blanca entre 1989 y 1993, puede ser el responsable de que el actual inquilino, Donald Trump, se entienda mejor con el Congreso.
Las dos cámaras, la de Representantes y el Senado -una en manos de los demócratas, la otra en poder de los republicanos- no logran ponerse de acuerdo en las cuentas federales de 2019. Trump, por su parte, no estaba dispuesto a acordar una prórroga del Presupuesto y amenazaba con decretar un cierre de la Administración que forzara a unos y a otros a entenderse, sobre todo ante su empeño de lograr fondos para la construcción del muro fronterizo con México.
El sitio web de El Español publicó que sin embargo, la medida llegaría precisamente en plenos actos de recuerdo al expresidente fallecido, lo que pondría en riesgo la seguridad, ya que algunas de las agencias que verían cortada su actividad son del Departamento de Seguridad Nacional. De modo que Trump ha dado en parte su brazo a torcer: «Si [los líderes del Congreso] vienen a hablar sobre una extensión de la financiación [federal] debido al fallecimiento del presidente Bush, lo consideraré y probablemente la autorizaré», aseguró a los periodistas a bordo del Air Force One en su regreso desde la cumbre del G20 en Argentina.
La financiación para algunas partes de la Administración Trump expirará el próximo viernes 7 de diciembre, justo cuando Washington estará centrado en los tributos al fallecido expresidente. La extensión que hipotéticamente pactaría Trump con el Congreso ampliaría el plazo por dos semanas y daría más tiempo a los legisladores para acordar el presupuesto federal.
En caso de que no se acuerde una prolongación, el Congreso debe aprobar una ley presupuestaria antes del viernes para mantener a algunas ramas del Gobierno de Trump financiadas, incluidos Transporte, Agricultura, Comercio, Justicia, Estado y Vivienda y Desarrollo Urbano.
Trump ha amenazado en varias ocasiones con provocar un cierre de la Administración si no se aprueban más fondos para la construcción de un muro en la frontera con México, una de sus promesas electorales más polémicas.
5.000 millones para el muro
Esta misma semana, el mandatario aseguró en una entrevista con el diario Politico que estaría «totalmente dispuesto» a cerrar el Gobierno federal a menos que el Congreso autorizara 5.000 millones de dólares para financiar esa construcción en la frontera. Una obra para la que apremia el presidente, en plena caravana de inmigrantes, hasta 6.000 centroamericanos, que se agolpan en campamentos de Tijuana (México).
A comienzos de año, de hecho, el Gobierno se vio obligado a echar el cierre durante apenas unas horas después de que Trump se negará a firmar la propuesta presupuestaria para el actual ejercicio presentada por el Congreso. El último gran cierre parcial de una Administración estadounidense se vivió en 2013 durante el mandato del entonces presidente demócrata, Barack Obama (2009-2017).
Un homenaje muy especial
El féretro con los restos de Bush padre llegará a Washington desde Houston el lunes y descansará en la rotonda del Capitolio hasta el miércoles, fecha en la que se espera que se celebre el funeral en la Catedral Nacional de Washington.
El último expresidente que recibió un homenaje póstumo en ese emblemático edificio fue Gerald Ford (1974-1977), que falleció en diciembre de 2006.
El líder de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell, explicó en un comunicado que ambas cámaras legislativas formarán parte de una ceremonia en honor a Bush padre el lunes a las 17.00 hora local (23.00 hora peninsular española).
Como es habitual en los funerales de Estado de expresidentes, el Capitolio estará abierto las 24 horas del día para permitir a los ciudadanos a que ofrezcan sus respetos a quién un día gobernó el país.
A falta de confirmación oficial, su cuerpo sería enterrado en College Station (Texas, EEUU) junto al de su esposa Barbara, que falleció en abril pasado, y al de su hija Robin, que murió a los 3 años a causa de la leucemia.- (EL ESPAÑOL)
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