Cumbre del G20, escenario ideal para el multilateralismo ante nuevas incertidumbres

Xinhua

La cumbre del Grupo de los Veinte (G20) que se celebrará en Buenos Aires, Argentina, es un escenario óptimo para el multilateralismo ante las nuevas incertidumbres generadas por el proteccionismo, dijeron expertos a Xinhua.

Además, agregaron los especialistas, durante la cumbre China y América Latina podrán estrechar más sus lazos comerciales.

Del 30 de noviembre al 1 de diciembre la capital argentina recibirá a, entre otros líderes, Xi Jinping (China), Emmanuel Macron (Francia), Theresa May (Reino Unido), Angela Merkel (Alemania), Vladimir Putin (Rusia), Justin Trudeau (Canadá) y Donald Trump (Estados Unidos).

La cumbre en Argentina será testigo de dos momentos clave para el foro: el décimo aniversario del G20 y el que por primera vez un país de América del Sur sea país sede.

Hace una década, Washington acogió la primera Cumbre de Líderes del G20. En ese entonces, recuerda la organización, «con el inicio de la crisis financiera global de 2008, el G20 se convirtió en el principal instrumento para enfrentar la debacle.»

Lo más próximo que una cumbre de esta naturaleza ha estado cerca de América del Sur fue en 2012 cuando se realizó en México.

Después de Washington las sedes de las cumbres han sido Londres, Pittsburgh (EEUU), Toronto, Seúl, Cannes (Francia), Los Cabos (México), San Petersburgo (Rusia), Brisbane (Australia), Antalya (Turquía), Hangzhou (China) y Hamburgo (Alemania).

¿Qué puede esperar América Latina de esta cumbre y cómo puede ella estrechar sus relaciones con China?

El director del Centro de Estudios Asiáticos de la Universidad de San Marcos en Lima (Perú), Carlos Aquino, en entrevista con Xinhua, opinó que el foro debe propender por el multilateralismo tanto en el plano económico como en el político.

«El G20 debe luchar por fortalecer el multilateralismo, robusteciendo la Organización Mundial del Comercio, por ejemplo, que busca un comercio más libre», dijo Aquino.

El experto consideró que las disputas comerciales deben resolverse en «un tribunal internacional y evitar el unilateralismo».

Desde su punto de vista, «el G20, al reunir a los países más poderosos del mundo como EEUU, China, Rusia, la India, debe proponer iniciativas para resolver los problemas del mundo en forma común y abstenerse del unilateralismo y el proteccionismo».

En el frente político Aquino afirmó que la asociación «debe fortalecer los acuerdos globales como el de las Naciones Unidas para que los conflictos mundiales se resuelvan en forma común y no por la acción de una potencia en particular».

Sobre las relaciones entre China y América Latina en el marco de la cumbre, el experto peruano enfatizó que países como Argentina, Brasil y México deben aprovechar la ocasión del evento.

«El G20 reúne a los países más grandes del mundo en términos de su economía», detalló Aquino, por eso «el contacto entre sus más altos dignatarios puede hacer que se toquen varios temas de interés común para ellos.»

Entre esos asuntos resaltó el de la construcción de infraestructura. Aquino recuerda que América Latina y el Caribe necesitan infraestructura física y «China con su iniciativa de la Franja y la Ruta la quiere promover».

El investigador del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica Argentina, Ariel González, tiene una impresión similar.

«En los últimos años China se ha convertido en un gran socio para los países de América Latina desde una perspectiva multidimensional», explicó González.

Añadió que «en este contexto el G20 se visualiza como un espacio de concertación de posiciones comunes en el cual, hoy en día, América Latina no puede considerar a China como un actor secundario».

Por su parte, el analista político colombiano Augusto Reyes, consideró que a través del multilateralismo el G20 tiene el desafío de demostrar que su objetivo de ser un foro de cooperación internacional es efectivo.

El G20, según la definición propuesta en su propia página web, es «el foro más importante para la cooperación internacional». El organismo aclara que «frente a un contexto internacional incierto, la cooperación internacional es clave.»

Teniendo en cuenta este concepto, Reyes opinó que «el G20 debe robustecer el multilateralismo para dar un ejemplo de que sirve para buscar políticas útiles para quienes están fuera del grupo».

El especialista colombiano aclaró que los beneficios del multilateralismo no pueden traducirse en asistencialismo, pero sí en políticas efectivas para países invitados o que están en América del Sur.

El presidente anfitrión, el argentino Mauricio Macri, ha invitado a la asamblea de este año a Chile y a la Comunidad del Caribe (CARICOM), representada por Jamaica.

Sobre la importancia de que por primera vez en diez años de reuniones se haya escogido a un país de América del Sur, Reyes consideró que es «muy significativo que este grupo de grandes economías se reúna en un país suramericano, parte de una economía emergente.»

El escenario, dijo Reyes, es propicio para otras economías similares como las de Brasil, Chile y México.

El multilateralismo y el libre comercio es uno de los aspectos clave para el Grupo, como lo demuestran varios pronunciamientos y reuniones preparatorias de la asociación.

Por ejemplo, el sherpa (representante) del Gobierno argentino ante el G20, Pedro Villagra Delgado, reseñó en un texto académico publicado a mediados de noviembre último que el libre mercado es un norte claro desde 2008.

A partir de la crisis financiera global de ese año, dijo Villagra Delgado, «se abordaron y acordaron una variedad de temas, incluyendo medidas para fomentar el libre comercio y evitar el proteccionismo».

También en una reunión de ministros de Comercio e Inversiones de países miembros del G20 celebrada en septiembre se hizo un llamado a revitalizar el comercio internacional.

Los responsables de dichas carteras hicieron un llamado para «mantener los mercados abiertos, abordar el desarrollo económico y revitalizar el sistema internacional de comercio».

En una declaración conjunta recordaron que «el crecimiento económico sigue siendo sólido» y que «el comercio muestra signos de recuperación desde la crisis financiera con un aumento del 4,7 por ciento en 2017 y un incremento estimado del 4,4 por ciento para 2018».

No obstante, advirtieron que «los riesgos a la baja, las vulnerabilidades y la creciente desigualdad podrían afectar la confianza y las perspectivas de un crecimiento fuerte, equilibrado y sostenible».

 

Otro ejemplo de la relevancia que el G20 da al comercio lo constituyó la cuarta reunión de ministros de Finanzas y presidentes de bancos centrales del foro que se realizó en octubre en Bali, Indonesia.

En ese momento las tensiones comerciales eran ya noticia y el ministro de Hacienda argentino, Nicolás Dujovne, hizo un llamamiento para mantener la calma en la materia.

«Estuvimos de acuerdo en que el comercio internacional es un motor importante de crecimiento y que debemos resolver las tensiones que pueden afectar negativamente la confianza de los mercados y aumentar la volatilidad financiera», dijo el funcionario.

El G20 se propuso como prioridades en 2018 cuatro temas: el futuro del trabajo, la infraestructura para el desarrollo, un futuro alimentario sostenible y la perspectiva de género.

Los países miembros del G20 concentran el 85 por ciento del producto bruto global, el 66 por ciento de la población mundial, el 75 por ciento del comercio internacional y el 80 por ciento de las inversiones globales. (XINHUA)

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