VÍCTOR BÓRQUEZ NÚÑEZ
El recién estrenado filme “Animales Fantásticos 2: Los Crímenes de Grindelwald”, amplía el mundo de Harry Potter y puede ser una delicia para seguidores y un soberano tedio para los no iniciados, porque se constata una vez más que lo que abunda -al menos en este caso- daña.
Revisemos los datos duros. En septiembre de 2013, los miles de fanáticos de la saga literaria y películas que tuvieron como protagonista al joven mago Harry Potter, supieron que la autora británica J.K. Rowling, se encontraba desarrollando un proyecto fílmico cuyo objetiva era seguir descubriendo el universo de su exitosa creación sobre hechiceros que la hicieron millonaria.
Apareció entonces esta saga, “Animales fantásticos”, que se ubica cronológicamente antes que la serie de Harry Potter y por lo tanto se pensó y estructuró como una precuela, donde Newt Scamander, un experto en zoología mágica era el protagonista. El primer nexo de este filme con la saga de Potter se debe a que Scamander es el autor del libro de lectura obligada en Howgarts: “Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos”.
¿Suena como acomodo? Pues bien, el tema continúa.
En 2016 el proyecto anunciado se cumplió: apareció la película inicial en la cual el actor Eddie Redmayne interpretó al tímido Newt, en una aventura que se iniciaba con su arribo a Nueva York, en compañía de una maleta llena de criaturas mágicas.
Para ir ubicando a quienes no vieron ese filme, conviene destacar que en la primera entrega uno de los animales de Scamander se escapó y provocó el caos en la ciudad estadounidense, situación que provocó el encuentro de Newt con el no-mago y aspirante a panadero Jacob Kowalski (Dan Fogler), y las hermanas y hechiceras Queenie y Tina Goldstein (Alison Sudol y Katherine Waterstone).
En algún instante nos enteramos que Tina es una ex aurora del Magicongreso Único de la Sociedad Americana (MANCUSA), o sea que tiene poderes y algo de magia sabe. Todos estos personajes se enfrentarán a figuras siniestras como Credence Barebone (Ezra Miller) y Percival Graves (Colin Farrell).
¿Parece complicado? Todos sigue enredándose.
EL SHOW SIGUE CRECIENDO
En “Animales Fantásticos 2”, Newt, sus fabulosos animales y sus amigos están de vuelta y deberán enfrentarse con un villano albino, el poderoso Gellert Grindelwald (Johnny Depp), quien al término de película anterior había sido apresado por MANCUSA, después de tratar de provocar el caos bajo la apariencia de Graves.
Pero como se trata de un espectáculo que debe crecer ad infinitum, este perverso mago recibe la ayuda de un importante funcionario del congreso, logra escapar y emprende viaje hacia París. En esta ciudad, Credence estaría buscando a su verdadera madre, tras haber sobrevivido a una serie de acontecimientos extraños.
Y así, con el propósito de impedir que Grindelwald encuentre a Credence y lo use en su macabro deseo de dominar el mundo a través de la magia negra, el profesor de Defensa Ante las Artes Oscuras de Howgarts, Albus Dumbledore (Jude Law), le pide a Newt que viaje a Francia y encuentre a Credence.
El gran problema de este filme es que tiene tanta información, tantos personajes (principales y secundarios) y tanta referencia a Harry Potter que, si el espectador se acerca desprevenido a este universo, no entiende nada. Literalmente.
Porque esta película es una extensa sucesión de hechos y personajes que termina siendo un agobio, en sus 132 minutos, tanto para los seguidores como los no seguidores de Harry Potter y su mágico mundo-
Punto aparte es que la autora, ni corta ni perezosa, ya anticipó que las aventuras de Scamander serán cinco libros, es decir, quedan tres películas por hacer para redondear la gran cantidad de claves que serán la esencia de aquellos largometrajes que restan por hacer.
Puntos a favor de este filme, sin duda, lo constituyen sus muy logrados efectos especiales y las sólidas actuaciones de Jude Law y Johnny Depp, cada uno encarnando las fuerzas opuestas que, en el pasado, forjaron un lazo imposible de destruir. En contra: el poco carisma que tiene el joven protagónico, donde se echa en falta la presencia que tenía Daniel Radcliffe, el inolvidable actor que dio vida a Harry Potter, lejos una figura que fue creciendo a medida que se desarrollaron sus películas en los once años que ello ocupó.
Sumando y restando, se trata de una oferta solo para iniciados, para los fanáticos incondicionales y para aquellos que alucinan con cualquier elemento que huela a magos, elfos y animales fantásticos. Los no fanáticos, pueden abstenerse y revisar la saga de Harry Potter, material indispensable para entender y aquilatar la carga de información que contiene esta precuela.
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