La madre de todos nuestros problemas
En un mundo globalizado y altamente conectado, las noticias que recibimos diariamente pueden ser abrumadoras, resultándonos difícil diferenciar aquéllas importantes de aquéllas banales. Y eso es precisamente lo que acaba de suceder ante una noticia que fue menospreciada pero que tiene enormes implicaciones: el calentamiento global. El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) acaba de dar a conocer un nuevo reporte, ante el cual vale la pena hacernos tres preguntas: ¿cuáles son las malas nuevas? ¿Por qué hemos sido incapaces de detener el calentamiento global? Y, sobre todo, ¿cuáles podrían ser algunas de sus consecuencias?
Si anteriormente el IPCC había sonado la alarma, ahora lo hace con mayor intensidad. En años pasados había comentado sobre la importancia de que no aumentara la temperatura global por encima de 2 grados centígrados, pero ahora advierten sobre las diferentes consecuencias que tendría un aumento de 1.5 grados (manejable) y uno de 2 grados (poco manejable), así como del menor tiempo que tenemos para des-carbonizar nuestra economía. Es decir, los cambios que debemos de llevar a cabo para evitar escenarios catastróficos los tenemos que hacer a un mayor ritmo y en un menor tiempo: para 2050 toda nuestra energía debe de provenir de energías renovables. Algunos economistas han comentado que el reto es tan grande que jamás en la historia se ha intentado hacer una transformación económica de tal magnitud en tal periodo. Y de no llevarla a cabo, las secuelas las veríamos nosotros, y no solamente “los hijos de nuestros hijos”.
Lo que resulta paradójico es que sabíamos del calentamiento global desde hace décadas. El 5 de noviembre de 1965 el presidente estadounidense Lyndon B. Johnson recibió el primer reporte del calentamiento global como un problema de seguridad nacional. Si sabíamos desde entonces, ¿por qué no hicimos algo al respecto? Aunque las explicaciones son complejas, en parte se debió a fenómenos sociales conocidos como acción colectiva y tragedia de los comunes. El primer nos habla de problemas de coordinación entre una diversidad de actores para resolver problemas complejos, y el segundo nos dice que los individuos actúan en su propio interés al hacer uso de recursos compartidos aunque terminen con dichos recursos y en detrimento de ellos mismos, y de todos. Con una variedad de países y una diversidad de recursos naturales comunes, la humanidad ha caído en ambas trampas.
Aunque algunas de las posibles consecuencias las describe el IPCC, vale la pena hacer uso de tres conceptos fundamentales mencionados por el historiador británico Ian Morris en su reconocido libro “Por qué gobierna Occidente – por ahora: los patrones de la historia y lo que revelan sobre el futuro” para entender mejor las posibles repercusiones. El autor nos habla de la relación que existe entre energía y desarrollo: a mayor captura de energía, mayor desarrollo. Asimismo, acuña la expresión “paradoja del desarrollo”: todo desarrollo genera sus propias fuerzas de destrucción, por lo que resulta necesario alcanzar más altos niveles de desarrollo para escapar de dichas fuerzas destructivas. Por ejemplo: la Revolución Industrial se logró al capturar mayor energía con el motor de combustión interna, lo que nos permitió alcanzar mayores niveles de desarrollo… lo que también ha ocasionado contaminación atmosférica, viéndonos ahora en la necesidad de desarrollar nuevas tecnologías para superar dichas fuerzas destructivas. La humanidad, el autor nos dice, no puede simplemente quedarse en un nivel de desarrollo: o avanza, o colapsa. Y ese colapso es visible cuando se aglomeran los “cinco jinetes del apocalipsis”: cambio climático, hambruna, colapso estatal, migración y enfermedad. ¿Familiar?
El calentamiento global es el mayor desafío que ha enfrentado la humanidad en su historia, la madre de todos nuestros problemas. Los siguientes años serán los más importantes de nuestra existencia: o desarrollo, o apocalipsis… pero ahora, a una escala global.
www.plaza-civica.com @FernandoNGE
Autor
- Licenciado en derecho por la Universidad Iberoamericana (UIA). Maestro en estudios internacionales, y en administración pública y política pública, por el Tecnológico de Monterrey (ITESM). Ha publicado diversos artículos en Reforma y La Crónica de Hoy, y actualmente escribe una columna semanal en los principales diarios de distintos estados del país. Su trayectoria profesional se ha centrado en campañas políticas. Amante de la historia y fiel creyente en el debate público.
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