¡Vaya lío!
Aunque hasta el jueves los maestros hicieron una pausa en su reclamo a los diputados locales por lo que consideran el incumplimiento de los compromisos establecidos para abrogar la Ley del Servicio Médico y eliminar el cobro del 3%, se espera que este viernes la actividad continúe.
Un importante número de docentes se solidarizará con la líder del Sindicato de Trabajadores Académicos de la UAAAN, Roxana Cuevas Flores, quien, tras el movimiento emprendido por los integrantes de la Coalición de Trabajadores de la Educación, “casualmente” está citada al mediodía para declarar como imputada en la Unidad de Tramitación Masiva de Delitos de Robos de la Fiscalía General.
Será prioritario que las autoridades esclarezcan a la brevedad el asunto, pues los tiempos y circunstancias reflejan un posible acto de represión que a los únicos que perjudica son al Ejecutivo y el Legislativo.
¿A quién se le ocurrió la grandiosa idea de encender la mecha reprimiendo a los maestros? Primero los desalojan del Congreso, un edificio público al que todo ciudadano tiene derecho de ingresar y manifestarse; segundo, les envían citatorios acusándolos de delitos diversos.
Las cosas se salieron de control y al interior del Legislativo la cosa está que arde. Resulta que el miércoles, sin la menor previsión y mucho menos coordinación, el secretario de Seguridad Pública, José Luis Pliego Corona, se apersonó en la sede legislativa, en este momento blindada como si fuera la Casa Blanca.
En su novatez, el oficial mayor, Carlos Estrada Flores, citó al funcionario en el edificio del recinto legislativo, pero no reparó en la obvia presencia de los reporteros y tampoco notificó a nadie de la visita alegando que era información privilegiada, tanto que como nadie sabía de su llegada, los oficiales no le abrieron paso y el secretario tuvo que esperar entre las vallas.
Total que Pliego rodeó todo el edificio y finalmente accedió, pero, molesto por la falta de atenciones y su vulnerabilidad ante la prensa, se desquitó con un elemento de Fuerza Coahuila que ha estado comisionado por años en el Congreso, a quien culpó de lo sucedido y lo reasignó a otro punto de la ciudad. ¡Qué injusticia!
Lo que Pliego no sabe es que la negligencia fue de Carlos Estrada, que con nadie quiso compartir su visita y por lo tanto no se pudo hacer nada para cuidar su llegada.
El objetivo del encuentro era revisar el material en video de lo que ocurrió la madrugada del miércoles, la actuación de Fuerza Coahuila y los protocolos para desalojar el inmueble. Un tema que preocupa, ya que ha trascendido la intención también del oficial mayor para editar los videos y tratar de engañar no sólo a Pliego, sino a la ciudadanía.
Aunque lo hicieran, existe otro material que muestra cómo violentaron sus derechos, policías armados sometieron a uno de ellos y le quitaron su celular para impedir que grabara. Afortunadamente, los maestros se apegaron a la manifestación pacífica y prefirieron no confrontar a la policía. Y ni cómo, si eran 300 contra 20, sus únicas armas: la indignación y la exigencia. ¡Vaya lío!
@jesyrosales
Autor
- Reportera desde enero de 2000. Fundadora de la Agencia de Noticias Digital UNIMEDIOS. Actualmente titular del noticiero Capital Noticias 91.3FM en Saltillo y Coordinadora de Contenidos de Capital Media Coahuila. Escribo la columna “En el tintero” que difunde El Heraldo de Saltillo, La Otra Plana y Capital Coahuila.
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