JULIÁN PARRA IBARRA
Austeridad republicana
En varias de las más recientes legislaturas federales, sus integrantes anunciaron programas de austeridad, eliminando una serie de gastos que permitirán al poder legislativo un ahorro significativo, por encima del gasto establecido en el Presupuesto de Egresos de la Federación. Es decir, que no es esta la primera ocasión que ello sucede, aunque aún no estaba establecido el programa de ‘austeridad republicana’ que se supone que será uno de los sellos de la ‘Cuarta transformación’ promovida por el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.
Solamente en el legislativo según lo que han anunciado Ricardo Monreal y Mario Delgado, en la cámara de Senadores de un presupuesto anual aprobado de cerca de 5 mil millones de pesos, el programa de austeridad permitirá un ahorro de alrededor del 30 por ciento, es decir, unos mil 500 millones de pesos; en la de diputados, las medidas permitirán un ahorro de unos 409 millones de pesos en el último cuatrimestre de este año, por lo que anualizado significaría al menos otros mil 500 millones de pesos. Cantidad nada despreciable.
En la cámara baja, a pesar de que no habrá disminución de sueldos al menos por lo que resta de este año, ya que la discusión al respecto se trasladará hasta 2019, contraviniendo con ello la tan cacaraqueada austeridad republicana anunciada por López Obrador, y sobre la que Monreal ha dicho que “no es una decisión opcional, no es un asunto de ocurrencias, sino una política de estado, obligatoria para los tres poderes, para los tres niveles de gobierno y organismos autónomos”.
El problema en las anteriores legislaturas antes de la llegada de la ‘Cuarta transformación’, es que al final del año los legisladores rompían el ‘cochinito’ para saber cuánto habían acumulado en su interior, y una vez conocida la cantidad, la dividían entre los 500 integrantes de la Cámara baja y se repartían los ‘ahorros’.
Es decir, ajustaban gastos en algunos rubros, pero al erario no le ahorraban nada –en términos reales, la Cámara ‘ejercía’ el mismo monto de recursos-, y al final se repartían entre todos el ‘botín’, con sus honrosas excepciones. Yo conozco a quien en su momento integró la LX Legislatura, Carlos Bracho González, quien se negó a recibir su tajada del botín porque, siempre sostuvo, ese dinero no les pertenecía a los diputados, sino que era dinero del erario.
Y después de que Mario Delgado anunció que los diputados de la actual legislatura recortarán una serie de gastos como el fondo del ahorro, el seguro de gastos médicos mayores, de separación voluntaria, vales de gasolina y comida, los legisladores tendrán una disminución de un 28 por ciento en sus ingresos, pero los sueldos no se los tocaron para nada; y con otro tipo de prestaciones adicionales, andarán percibiendo alrededor de 150 mil pesos, es decir, por encima del sueldo que ha dicho Andrés Manuel López Obrador que se asignará como Presidente a partir del 1 de diciembre, y que él mismo dijo que nadie podría estar por encima del sueldo del Presidente.
Con este juego de palabras, de maromas y saltos en el trapecio que nos han venido mostrando los integrantes de ambas cámaras en el arranque de sus respectivas gestiones, queda la duda ¿a dónde van a ir a parar, por ejemplo, los 3 mil millones de pesos que sólo el Congreso de la Unión promete que va a ahorrar, y todo lo demás que se supone ocurrirá en todas las dependencias, lo de las pensiones a los expresidentes y un largo etcétera?
¿Así nada más se van a volver a meter en la licuadora de los recursos de la Federación para que se diluyan en un mar de rubros o se creará una bolsa especial? ¿Esos miles de millones de pesos del plan de austeridad republicana serán depositados en una caja de cristal cuyos movimientos puedan ser observados por todos, igual ingresos que egresos?
Porque con los antecedentes de legislaturas anteriores que más que bajarle los gastos a la cámara, los diputados se hacían su cochinito con dinero del erario y al final se lo repartían, y con eso de que los diputados de la actual legislatura en calidad de mientras ya incumplieron con el programa de austeridad republicana que Monreal ha dicho que “no es una decisión opcional, que no es asunto de ocurrencias”, pero que en la práctica se lo han pasado por el arco del triunfo, queda sobre el aire la duda de qué va a pasar con los recursos que se dice que se ahorrarán.
¿Irán a alimentar al cerdito para que al final del año los diputados tengan una feliz navidad? Digo, es sólo una pregunta, uno nada más que anda de metiche y preguntón.
@JulianParraIba
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