AVISO DE CURVA

 RUBÉN OLVERA MARINES 

La cruzada de Elba Esther Gordillo 

Nadie duda de la capacidad y astucia política de Elba Esther Gordillo (fuera de prisión su fortaleza se multiplica), pero todos saben que las celdas funden el carácter y desvanecen lealtades.

Más cuando la maestra pretende encabezar una cruzada que se antoja, por decirlo de alguna manera, saturada: intentará recuperar el control del sindicato. Al unísono, procurará redimir al Partido Nueva Alianza o, si las circunstancias se lo permiten, impulsará la creación de un nuevo organismo político. Buscará echar abajo, o al menos darle una buena chaineada, a la Reforma Educativa.

Por último, si encuentra un espacio en su saturada agenda, y si el nuevo «jefe” político decide concederle ese placer, se dará el tiempo para disfrutar del desquite, el ajuste de cuentas, el desagravio.

La maestra no intentará limpiar su imagen. No lo necesita. Su nombre no quedó más agraviado que antes de ingresar a prisión. Retomar el control, sin reparar en nimiedades, va más con su estilo.

No se presentaron pruebas. Las filtraciones eclipsaron a las evidencias. Lo político avasalló a lo jurídico. Quienes acusan que la liberación de Elba Esther tiene un alto contenido político, deberían preguntarse si en su captura no sucedió lo mismo. Quisiera recordar el 2014 cuando en esta misma columna escribí: «Con cada paso, se refuerza la hipótesis de que la aprehensión de Elba Esther Gordillo, más allá del propósito político y legal del hecho, reflejó un sentido estratégico que allanaría el camino para la aprobación e implementación de la reforma educativa. Peña valoró la salida de Elba como indispensable para retomar el control del Estado en la educación”.

Quienes se encuentran al frente de las estructuras del SNTE, del Panal, los quijotes de la Reforma Educativa y algunos de sus captores, prefieren pensar (o al menos eso intentan) que los mejores momentos de la chiapaneca quedaron atrapados en el salinismo, con un ligero repunte en el foxismo y calderonismo. Argumentan que la prisión la debilitó al extremo. Que la supuesta fuerza que le atribuyen sus allegados, es sólo consecuencia de la imaginación y el sentimiento. Pretenden etiquetar la cruzada que emprenderá como una osadía, un riesgo no calculado, al enfrentar con instrumentos cansinos la fortaleza que ella misma edificó.

Lo que no saben (o se niegan a reconocer) es que la incursión de Elba en el fortín magisterial ya inició. Te ofrezco un dato  –el cual por supuesto estoy dispuesto a reconsiderar a la luz de futuros acontecimientos–. Recientemente, en algunos estados, han surgido ciertos movimientos magisteriales tendientes a conformar asociaciones o agrupaciones que sin desligarse del SNTE, se aglutinan con la bandera de la reivindicación de los derechos magisteriales y del cambio en la educación. El común denominador de estos movimientos, es que en su mayoría los encabezan maestros que al interior del SNTE se les identifican como «rebeldes”, algunos incluso ex secretarios seccionales o delegacionales del organismo sindical.

 

Hay algo detrás de todo esto. Una intencionalidad estratégica: conformar una fuerza paralela a las estructuras formales del SNTE. Un instrumento de negociación y presión, si fuera necesario.  ¿Recuerdas cuando se formó la CNTE? En aquel 1979 en Chiapas, ya se hablaba de una contradicción existente entre la estructura formal y la base magisterial.

En febrero de este año y hasta 2024, Juan Díaz de la Torre recibió la Toma de Nota como presidente del SNTE. Si la institucionalidad prevalece, Elba tendría que esperar una eternidad para recobrar el poder extraviado. No obstante, Díaz de la Torre lo sabe, por descontado: la maestra no es de las que les sacan la vuelta a los terrenos resbaladizos. El líder formal tendrá que ofrecer las condiciones para que ella y sus seguidores encuentren en el SNTE un equilibrio razonado.

De lo contrario, al igual que López Obrador cuando creó Morena para desligarse del PRD y de Los Chuchos que controlaban formalmente el Consejo Político del partido, Elba Esther Gordillo, identificada con el movimiento del tabasqueño, y con el soporte de Marcelo Ebrard, podría intentar algo parecido: la creación de una federación de organizaciones magisteriales. Conste, es apenas un primer aviso.

 

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El Heraldo de Saltillo
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