Los humanos no representamos nada para los cocodrilos ni para toda la fauna silvestre, lo único que hacemos es invadirlos en sus territorios, destruir el equilibrio ecológico. Si alguien es responsable es el ser humano
Hollywood nos ha vendido la idea del cocodrilo como una especie agresiva que ataca a los humanos, cuando, en realidad, el hombre los ha cazado y ha destruido su hábitat, aseguró Carlos Manuel Rodríguez Mouriño, subdirector de la Reserva Ecológica de Nanciyaga ubicada en Los Tuxtlas, Veracruz.
En Catemaco se encuentra el cocodrilo de Morelet (Crocodylus moreletii), una especie en peligro de extinción. De hecho, se ha dado un fenómeno donde los pescadores han tenido encuentros con estos animales, y la presión social ha indicado que actualmente son demasiados. No obstante, de acuerdo con el biólogo esto no es verdad, pues existen tres zonas del lago en esta ciudad donde pueden habitar y ninguna está infestada.
Al respecto, Esteban Cortez Contreras, trabajador de la reserva, expresó a UNAM Global que estos reptiles buscan espacios tranquilos, cuando escuchan algún ruido se alejan pero si un humano se acerca a menos de 20 metros se hunden y se van, no se relacionan con el hombre.
“De hecho, los humanos no representamos nada para los cocodrilos ni para toda la fauna silvestre, lo único que hacemos es invadirlos en sus territorios, destruir el equilibrio ecológico, asesinar a sus presas, provocar que cambien sus dietas, porque ellos han estado en este planeta muchísimo tiempo antes que nosotros. Si alguien es responsable, es el ser humano” dijo Rodríguez Mouriño.
Su descripción
En Catemaco se ubica uno de los lagos más importantes de México donde el cocodrilo de Morelet tiene dos periodos de reproducción al año, en primavera y otoño. Los que nacen en la primera temporada con el calor tienen más posibilidades de sobrevivir. Aquellos que surgen en el otoño tienen una mayor mortandad.
La explicación es que en el otoño es difícil que encuentren material para hacer sus nidos, los cuales están formados por montículos de hojarasca donde colocan sus huevos; además, aquéllos son construidos en lugares tranquilos donde no haya actividad humana.
Además, es un reptil con índices altos de mortandad porque nacen pequeños y tienen muchos depredadores, desde cocodrilos hasta aves, y son sensibles a los cambios de temperatura.
Esta especie de cocodrilo tiene un sistema digestivo lento, necesitan comer carne en proceso de descomposición porque les cuesta trabajo digerir.
Su papel en el sistema ecológico es desechar todos los organismos muertos, comérselos para que no provoquen otro tipo de problemas. Por ejemplo, los organismos en descomposición consumen mucho oxígeno y esto se evita si los cocodrilos los devoran.
Finalmente, Carlos y Esteban recomendaron dejar en paz al cocodrilo de Morelet, respetar sus nidos y su entorno para que ya no sea una especie en peligro de extinción. (UNAM GLOBAL)
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