Las personas con VIH enfrentan discriminación cuando buscan empleo, cuando quieren mantener su trabajo o cuando quieren subir la escalera laboral. La situación se agrava cuando son mujeres, según un nuevo informe presentado por la Organización Internacional del Trabajo y la Red mundial de personas que viven con el VIH.
El estudio, se basa en encuestas realizadas por equipos nacionales en Belice, Costa Rica, Honduras, Nicaragua, Grecia, Ucrania, Camerún, Malawi, Senegal, Uganda, Corea, Fiji y Timor Leste. En estos respectivos países se entrevistaron a más de 100.000 personas que son seropositivos al VIH.
El estudio fue presentado durante la Conferencia Internacional “SIDA 2018”, que tiene lugar en Ámsterdam cada dos años. Se trata de la mayor reunión mundial sobre cualquier tema de salud o desarrollo relacionado con el VIH.
“Lo que el informe muestra es que aún queda un largo camino por recorrer en nuestros esfuerzos por combatir el estigma y la discriminación relacionados con el lugar de trabajo hacia las personas que viven con el VIH¨, dijo Sasha Volgina, directora del Programa de la citada Red mundial.
Acceso a pocos empleos
El informe contiene muestra que una gran proporción de personas que viven con el VIH están desempleadas, con tasas que varían del 7 por ciento de los entrevistados en Uganda a 61 por ciento en Honduras.
Además, diez de los trece países registraron tasas de desempleo entre los entrevistados del 30 por ciento o más. Los jóvenes que viven con el VIH registran una tasa de desempleo mucho más alta, desde el 11 por ciento en Corea del Sur al 61 por ciento en Grecia, con algunos países que registran una tasa igual o superior al 50 por ciento: Timor Leste (50 por ciento), las islas Fiyi (56 por ciento), Honduras (60 por ciento) y Grecia (61 por ciento).
Las mujeres que viven con el VIH tienen menos probabilidades de estar empleadas que los hombres en la misma situación, debido a las responsabilidades de cuidado no remuneradas. En todos los países, el desempleo de las personas transexuales que viven con el VIH permanece alto. La falta de un ingreso independiente entre las mujeres también es alta, lo cual significa que las mujeres que viven con el VIH no tienen autonomía económica en la misma medida que sus homólogos masculinos.
«Las personas que viven con el VIH tienen el derecho de trabajar y nadie debería negárselo¨, dijo Shauna Olney, jefa del Servicio de Género, Igualdad y Diversidad de Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Si logran un empleo, sufren discriminación
La reacción de los empleadores a los trabajadores que son seropositivos al VIH no ha sido favorable en países en América Latina.
“Muchos han perdido su trabajo y sienten que se debe a la discriminación de sus jefes y compañeros de trabajo. Esta situación los coloca en una posición de vulnerabilidad social y económica. Incluso se les ha negado un ascenso debido a su diagnóstico, entre otras razones”, dijo un participante de Belice.
Al igual que en América Latina también África tiene el mismo problema.
“Fui a buscar mi carta de nombramiento, pero sólo para escuchar qué tenía que someterme a un examen médico. Yo conocía mi condición de seropositivo, la cual notifiqué a la funcionaria de recursos humanos, ella me dijo que tenía que hacer el examen médico, el cual confirmó mi estado serológico positivo. Esto puso fin al proceso de contratación ya que ellos ya no podían contratarme a pesar de haber superado las entrevistas”, dijo un participante de Camerún.
La situación se extiende a Europa.
“Cuando la información sobre mi estatus llegó a mi director, me citó en su oficina. Primero me dijo que estaba trabajando mal y poco. Luego me pidió que presentara mi renuncia, sin ninguna explicación real, como si mi renuncia fuese voluntaria¨, dijo otro participante de Ucrania.
Las recomendaciones del estudio
El estudio contiene diversas recomendaciones y hace un llamado a los gobiernos y las agencias internacionales para que incrementen los esfuerzos dirigidos a hacer respetar los derechos humanos basándose en la Recomendación de la OIT sobre el VIH y el sida y el mundo del trabajo, al facilitar el acceso al empleo pleno y productivo y el trabajo decente para las personas que viven con el VIH.
“Es triste constatar que a pesar de años de trabajo, el estigma y la discriminación persisten. El último informe de la OIT –Impacto del VIH y el sida en el mundo del trabajo: Estimaciones mundiales – mostraba que el tratamiento del sida permite que los trabajadores se mantengan saludables y productivos. Pero el tratamiento por sí solo no es suficiente. Tenemos que intensificar nuestros esfuerzos para reducir el estigma y la discriminación en el lugar de trabajo hacia las personas que viven con el VIH”, dijo Olney. (ONU NOTICIAS)
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