RAMÓN BETANCOURT
¿DESAPARECEN LAS DELEGACIONES?
Hace unos días el virtual presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador propuso eliminar todas y cada una de las Delegaciones Federales en los 32 estados de la república para sustituirlas por 32 Coordinaciones Generales de Gobierno para gestionar la política de desarrollo social de todos los ramos. Es decir, AMLO trata de reducir costos y burocracia con tal de ahorrar dinero –lo que es bueno–, pero a un costo enorme, inicuo y subjetivo. Con la idea de que: “habrá desburocratización, acercamiento con la ciudadanía y austeridad republicana. Para no tener gastos onerosos de representatividad y de burocracia”, AMLO se está aventando otro tiro que bien le podría salir por la culata. Por principio de cuentas más de un millón de empleados se irían a su casa sin chamba después de varios años de trabajo. Además el que una sola persona, el coordinador, regule y ordene los trabajos de todas las dependencias (secretarias de estado y direcciones generales del Gobierno de la República), hace absurda e inoperante esta medida que dicho sea de paso, nacería viciada de origen toda vez que el gobierno federal colapsaría en cada entidad debido a que la propuesta es técnicamente inaplicable e imposible.
“COORDINADOR GENERAL”
Quizá de todas las delegaciones federales que existen en las 32 entidades federativas, algunas cuantas no trabajen como Dios manda o de plano no ha lugar a que existan fuera de la capital del país. Vamos, las delegaciones en la Ciudad de México no deben mantenerse y subsistir. Pero de ello a que desaparezcan por decreto todas, sería cometer otro grave error que tiene en mente López Obrador. Imagínense que los millones de personas que acuden a las delegaciones federales en todo el país, tengan que acudir y trasladarse a la capital del país a tramitar asuntos de su competencia. Si la gran mayoría de ellos son personas de escasos recursos. Lógico es suponer que un solo Coordinador General en cada estado no va poder con el paquetote de dar resultados en 40 o más dependencias del gobierno de la república. O solo que Andrés Manuel pretenda centralizar el poder a fin de tener un mayor y mejor control en todo el país. La verdad es que esta ocurrencia disminuiría intensamente la presencia del gobierno de la república en todo el país, incluso, hasta desaparecerlo. Al tiempo.
PREMIO DE CONSOLACIÓN
Ahora bien, podría caber una depuración pero no la desaparición de las delegaciones. Por ejemplo, en el bello Estado de México han propuesto que la Coordinadora General sea la excandidata de MORENA a la gubernatura, Delfina Gómez que como premio de consolación, sería la cuña del gobernador Alfredo del Mazo. Y así por el estilo. Como lo manifestamos desde un principio el lunes 2 de julio a primera hora de mañana; “hay que otorgarle el beneficio de la duda al nuevo presidente electo”. Pero cuando vemos que va a meter la pata o de plano no va a cumplir con las promesas de campaña, hay que señalarlo aunque algunos intolerantes pongan el grito en el cielo.
NO AL FISCAL AUTÓNOMO E INDEPENDIENTE
Otro problema que va enfrentar –o está resistiendo mejor dicho– López Obrador es que la gran mayoría del empresariado mexicano y más de doscientas Organizaciones no Gubernamentales (ONGs), así como especialistas y académicos le están pidiendo que impulse la reforma que dé vida a un Fiscal Autónomo que no dependa de él. Es decir, los mexicanos repudian que cualquier presidente (y se lo dijeron mil veces a Peña Nieto) decida a que funcionario perseguir por la comisión de actos de corrupción. No se vale que un presidente tenga un Fiscal a modo y que dependa directamente de él. Es decir; AMLO pretende darle cuello a la pretensión ciudadana de que se nombre un Fiscal autónomo e independiente. Recordar que AMLO intenta mandar una terna al Senado de la República en dónde tiene mayoría. Cabe destacar que en materia de seguridad, justicia y prevención del delito, máxime y en virtud de que ya entró el nuevo sistema de justicia penal acusatorio, es que la corrompida Procuraduría General de la República (PGR) se transforme en una Fiscal General de la República, que deberá ser transparente, imparcial y de comprobada honestidad. Es difícil pero hay que hacerlo.
“QUE SE HAGA LA VOLUNTAD DE DIOS…”
Huelga decir que el Colectivo #FiscalíaQueSirva, que aglutina a 327 organizaciones, le pidió al virtual presidente electo que primero se adicione y modifique el Artículo 102 de la Constitución de la República a efecto de fijar reglas, normas y sistemas para lograr una real autonomía del organismo. Después de crear la Fiscalía General, entonces se nombraría a la persona para desempeñar el cargo. Huelga decir que en caso de que AMLO nombre al Fiscal General –lo que sería una burla a la ciudadanía–, estaría cayendo en la hipocresía política de que primero criticó duramente a EPN cuando quiso imponer a su “Fiscal Carnal” (Raúl Cervantes) y ahora desea hacer lo mismo mientras incumple otra promesa más de campaña. Órale, como dice el dicho” “Que se haga la voluntad de Dios, pero en los bueyes de mi compadre”.
PURGA EN EL PAN
En otro tema de partido. La salida de Damián Zepeda y de Ricardo Anaya como dirigentes del PAN (este como líder de facto), es inminente e impostergable. Hay bastantes errores cometidos al seno de la campaña Por México al Frente que sería interminable enumerarlos. El asunto es que en política los errores se pagan muy caros y los dirigentes que pierden elecciones (sobre todo la presidencial), son despedidos ipso facto. Pero hagamos un alto en el camino de lo que ya es historia. Mire Usted; Ricardo Anaya obtuvo 12.6 millones de votos en coalición de los tres partidos PAN-PRD-MC. En esta elección la Lista Nominal fue de 89.1 millones de personas. Josefina Vázquez Mota, logró hace seis años 12.7 millones de votos de una lista nominal de 79.4 millones de votantes. Es decir, “Chepina” sacó 108 mil votos más que Anaya con menos de 10 millones de votantes en el país. Cabe destacar que Ricardo fue en coalición y se le suman los votos del PRD y de Movimiento Ciudadano. Los demás contendientes del PAN siempre fueron solos, sin coalición.
TRISTE NUMERALIA
En cuanto a Felipe Calderón este ganó con 15 millones de sufragios de 71.3 millones en Lista Nominal. Vicente Fox logró 16.7 millones de votos de los 58.9 millones de mexicanos que podían votar. Ahora bien, si tomamos en cuenta solo los votos que el PAN logró el pasado 1 de julio, tenemos que el “cerillo” Anaya Cortés tuvo 9 millones 996 mil votos, apenas por encimita de los 9 millones 397 mil sufragios del “Jefe Diego” Fernández de Cevallos, a pesar de que en 1994 la Lista Nominal la conformaban 45 millones de ciudadanos registrados; o sea, la mitad de la actual Lista Nominal que es de casi 90 millones. De ese tamaño es el recuento de los daños. Claro, los antianayistas que son muchos, de ahí se van a agarrar para tumbar a la dirigencia. Y lógico es suponer que don Ricardo Anaya Cortés haya manifestado que no la va a hacer de tos –¿con qué cara?– por lo que se dedicará a dar clases en alguna Universidad. Por lo tanto Anaya se convierte en académico de aula; Damián Zepeda en senador; Marcelo Torres ya regresó desde el lunes 2 al Congreso de Coahuila, y Santiago Creel vuelve a la banca del frío ostracismo político con su asistente Felipe González de Torreón, que también es un triste damnificado. Carajo, como decía don Oscar Flores Tapia: “la política es como tragar mierda sin hacer gestos”.
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