La inspiración para crear obras de terror tiene un origen distinto al de hace dos siglos
Las novelas de terror, escritas por mujeres, que reprodujeron la experiencia de la Villa Diodati, fueron presentadas en días pasados por las autoras Roslyn Ison, Teresa Piazza, Alexandra Campos Hanon, Linda Báez Lacayo y Laura Echevarría Román, con la participación del escritor y periodista Marcos Daniel Aguilar.
Las escritoras tuvieron oportunidad de hablar sobre cada uno de sus procesos creativos, de los temores que trabajaron para cada obra en lo particular y cómo fueron desarrollando tanto a sus personajes como los ambientes en los que se desenvolvían.
Al inicio de su intervención Aguilar señaló: “Parecería coincidencia que los textos que fueron escritos por Lord Byron, John William Polidori y Mary Shelley en la Villa Diodati en 1816, estuvieron inspirados en la penumbra que dejó a Europa sin verano, producto de la erupción del Volcán Tambora en Indonesia, puesto que justo ahora vivimos en nuestro continente una erupción de magnitud catastrófica en el país vecino, el Volcán de Fuego, que ha producido historias de terror entre la población del pueblo hermano”.
Así, “esta condición de tragedia de la realidad actual está presente en las novelas escritas, pues se incrustan en lo que el teórico de las letras, Todorov, ha definido como literatura de lo fantástico moderno”, continuó.
Las piezas literarias: El paisaje del Ciego, La caza de la ballena azul (El Juego Suicida), Flor de Sal, El mar no devuelve a sus muertos yBerenice, fueron escritas a orillas del lago de Valle de Bravo, en una estancia similar a la que los románticos del siglo XIX hicieron para construir piezas mundialmente conocidas como Frankenstein y El Vampiro.
La diferencia entre aquéllas y éstas es por supuesto el tiempo en que fueron escritas, dos siglos de diferencia, por lo cual cambian los temas, pero no sólo eso, sino que también cambia la manera en que se concibe lo fantástico o lo imaginario. En el caso de la proeza que logró Mary Shelley, por ejemplo, la experiencia con la otredad difiere de la que observamos en el siglo XXI. Los miedos, los temores, lo terrorífico en siglos pasados se atribuían en la manera clásica a los personajes que incluían los mitos. Por ello, los fantasmas, los vampiros, los muertos vivientes eran lo que nos asustaba como humanidad hasta no hace muchas décadas. Pero ahora eso se ha demolido, pues los mitos y las mitologías también se han ido destruyendo con la revolución que implicó la modernidad, la cual individualizó al ser humano y lo contrajo para interiorizar sus temores.
Esta experiencia en la que las autoras concluyen que los monstruos, aliens y brujas ya no son lo que actualmente nos aterra, desbocó su imaginación para que sus personajes lidien con temores más presentes como el miedo a perder la vista, los peligros del Internet, el abuso, las fobias, la superstición y la culpa.
Por otro lado, las escritoras Ison, Piazza, Campos Hanon adelantaron que presentarán sus novelas el sábado 25 de agosto a las 11:00 horas en la Feria Universitaria del Libro 2018, en Hidalgo.
Sus libros El paisaje del Ciego, Flor de Sal, La caza de la ballena azul (El Juego Suicida), El mar no devuelve a sus muertos y Berenice, pueden ser adquiridos en las librerías El Péndulo, Gandhi, El Sótano y en otros puntos de venta como Kindle (para los dos primeros).
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