EL MESÓN DE SAN ANTONIO

 ALFONSO VÁZQUEZ SOTELO

¡Fuego! ¡fuego!

Normalmente una fogata se pone al centro de una conversación, buscamos su luminosidad y, la fragancia sutil o intensa del fuego, esto da sentido a muchas cosas ya que también   resplandecen  una gama de figuras que se hacen grandes y pequeñas como títeres vivientes en la noche.

La domesticación del fuego fue un gran avance tecnológico  desde la prehistoria, es decir hace buen tiempo.

¿Qué fue lo que hizo el hombre manipular a su antojo este fuego? ¿Una necesidad de sobrevivencia quizás? ¿Calmar el frio? ¿Hacer los alimentos más blandos? ¿Iluminar el camino hacia su refugio?

Son tantas cosas que han ocurrido con el fuego, grande y pequeñas catástrofes, algunos mortales se han consumido  el,  por ello se le tubo respeto desde el inicio de su producción.

La oscuridad de la noche lo hacía indispensable, lo que más se temía era perderlo, tener calor, luminosidad y confort los tenía con  sobresaltado.

¿Cómo serían los sueños sin fuego?

En la época de la edad de broce la imagen del fuego era observado en el cielo fue una época según científicos, donde el paso de cometas se avistaban en las noches. ¿Cuál impresión causarían a los hombres de la época? Me supongo que una impresión demasiado especial. Un fuego que transitaba con velocidades distintas el firmamento.

Ahora que cualquier ciudad genera una gran luminosidad que altera la vista del firmamento, generándose una falta de avistamiento de la bóveda celeste  tan como es. Para tener una visión menos contaminada del cielo hay que buscar puntos remotos de las ciudades, el campo con el aire  soplando en todas direcciones…

El miedo visceral está presente en todos la visiones de noche de estos seres humanos ¿Quién abrazaba a quien el hombre a la mujer quien a quien daba protección?

Su ojos  azoro daban amplitud a la oscuridad, sus brazos tenían un cuervo paciente daban formas y penetraba la vida cotidiana  deteniendo el pulso de emociones y producían pensamientos opuestos como cuerda que se tensa. Por ello estos hombres y mujeres se reunieron en torno al fuego, a un fuego que los hacia sentarse en círculo para hacerse observar desde el cielo. También desde ahí se ellos contemplaban el cielo desafínate y los llevaban a preguntarse por su esencia.

Hogar viene de eso de hoguera, quien hacia hoguera hacia hogar, normalmente la familia se reunía para hacer platicar entorno al fuego.

La idea de hogar también alude a un domicilio o a una vivienda, y alcanza hasta asilo. Para que se usaba el fuego para que usa el fuego, sus llamas puedes usarse como calefacción, para cocinar, para secar y ahumar alimentos para elaborar herramientas. El fuego para todo eso es necesario, pero se le teme pues cuando se desborda  e incontrola hace daños   a la naturaleza (cuando incendia los bosques) a las viviendas, o a las personas. Por ello, hay que estar atentos a los elementos del fuego: oxigeno, calor, combustible. Si usted combina este triángulo de elementos el fuego tendrá los elementos propicios para producirse.

El fuego y la hoguera se trasladaron hasta la bombilla que conocemos como foco  que sigue con su misma misión de llevar luz y calor  a todos.

José Emilio pacheco comenta:

“El fuego nace de algo sencillo y se vuelve algo poderoso, pero temporal. Se deshace, se apaga rápido. El poeta personifica al fuego y, por extensión, la vida”

Yo creo la vida por el fuego y en la purificación  de las almas por el fuego:

“Primero tuve que procurarme alimentos.

Busque peces, pájaros,  buscar leña.

Hacer fogata, leña, leña, donde encontrar un poco de leña,

Algo de leña para hacer una fogata”

Usted estimado lector, ¿qué opina del fuego concentrado en eso que  llamamos hogar?

Autor

Alfonso Vazquez Sotelo