Croacia golea 3-0 a Argentina y la deja al borde de la eliminación

(Xinhua/Chen Yichen) (jg) (ah)

 

Argentina está a un paso de la eliminación del Mundial de fútbol de Rusia 2018 al caer goleada por 3-0 ante Croacia en Nizhni Nóvgorod, en un partido en el que el astro Lionel Messi pasó inadvertido y la desesperación ganó a los sudamericanos.

Croacia, ya clasificado con el triunfo de hoy, lidera el Grupo D con seis puntos, mientras la «Albiceleste», que ya había decepcionado con un pálido empate ante la novata Islandia, suma uno solo y deberá esperar al resultado entre los nórdicos y Nigeria, sin unidades, para evaluar sus posibilidades.

Ante Rabic abrió el camino del triunfo croata a los 53 minutos tras un grosero error del portero argentino Wilfredo Caballero. Gabriel Mercado tocó el balón para atrás, el guardameta se la quiso devolver pero despejó mal y Rabic, que estaba cerca, definió con una exquisita volea. El capitán Luka Modric, con un potente remate, marcó el 2-0 a los 80′ y en tiempo de descuento, a los 91′, Ivan Rakitic selló la goleada que dejó con pocas posibilidades a los argentinos.

Pese al constante aliento albiceleste, varias veces liderado por el ex astro Diego Maradona desde las tribunas, Messi lució ausente. Le costó involucrarse en el partido y Argentina padeció su ausencia.

El capitán argentino venía golpeado anímicamente del empate con Islandia en el debut, en el que falló un penal en un momento clave. Pese a la sed de revancha que suele mostrar, no logró remontar y hoy exhibió su peor versión en un partido en el que tampoco fue abastecido como necesitaba, excepto un centro largo de Enzo Pérez que no llegó a conectar. Y a los 63′, cuando tomó un rebote a centímetros del arco, fue trabado justo por Rakitic, su compañero en el Barcelona.

Tras el frustrante debut, el técnico Jorge Sampaoli cambió la táctica y renovó nombres, dejó afuera a tres históricos como Ángel Di María, Lucas Biglia y Marcos Rojo, y en medio de la desesperación por la derrota hizo entrar a otros tres delanteros, Gonzalo Higuaín, Cristian Pavón y Paulo Dybala. Pero poco pudieron hacer en medio de la desorganización que dominó a la «Albiceleste» y el crecimiento de los croatas.

El partido había comenzado con un interesante ida y vuelta. Los dirigidos por Sampaoli tuvieron mayor posesión del balón pero les costó definir, un mal que arrastran desde hace tiempo, y sufrieron con cada amenaza del rival.

A los 4′ y por un error en la defensa argentina, llegó el primer disparo croata, con un remate cruzado de Ivan Perisic que Caballero sacó desviado. La apuesta de Sampaoli a una línea de tres en el fondo, con Eduardo Salvio y Marcos Acuña para reforzar por los laterales, mostró sus riesgos cuando el retroceso no era rápido.

Los croatas, en promedio diez centímetros más altos, hicieron valer su juego duro y fuerte en la disputa por el balón, por lo que llevaron el duelo a un partido trabado y con constantes golpeados.

Argentina tardó en acercarse a la valla croata, pero entendió que el camino era por las bandas, con Acuña desequilibrando por izquierda y amenazando con un centro pasado que raspó el travesaño. La oportunidad más clara la tuvo Pérez, a los 30′, cuando con el arco croata vacío no pudo definir y pateó el balón desviado junto al palo derecho del arquero croata.

Iván Mandzukic se perdió, por su parte, el gol croata al cabecear desviado a los 32′. Y en el final de la primera parte estuvo cerca de abrir la cuenta Rebic en una veloz jugada de contraataque, pero resolvió mal y su envío se fue por encima del travesaño.

Distinta fue la historia tras la pausa, ya que los balcánicos se mostraron muy efectivos y aprovecharon cada uno de los errores argentinos para consumar la goleada.

La derrota golpeó a los albicelestes, que deberán ahora ir por un triunfo obligado ante Nigeria el 26 en San Petersburgo y esperar por el resultado entre Croacia e Islandia.

Croacia en cambio, sueña ahora con igualar o mejorar lo conseguido en Francia 1998, cuando llegó a semifinales. Argentina, en tanto, no pudo soportar la presión que arrastra en los últimos años. Llegó a Rusia cargando una pesada mochila de tres finales consecutivas perdidas (Brasil 2014 y las Copas América 2015 y 2016) y con su líder Messi, que ganó todos los títulos en el Barcelona, con una enorme asignatura pendiente: conquistar una Copa del Mundo. Y llega a la última fecha del grupo sólo deseando no quedar tan rápido afuera, como en Corea del Sur-Japón 2002. (dpa)

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