Estudian condiciones de la vejez en Saltillo

Saltillo, Coah.- De no atender con políticas sociales acordes a las necesidades que poseen los adultos mayores, estaremos ante la presencia de una población anciana en extensión pero entre la que el aumento en la esperanza de vida, no derivará necesariamente en calidad de vida.

Así lo establece el estudio «Percepción del anciano sobre su calidad de vida» realizado por Reyna Alicia Arriaga Bueno, integrante del Cuerpo Académico de Estudios sobre Grupos Vulnerables de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Autónoma de Coahuila, para conocer las condiciones de la vejez en la ciudad de Saltillo a partir de la percepción de personas de más de 75 años de edad que acuden a los clubes del Inapam.

El concepto de calidad de vida es entendido como la posibilidad que puedan tener las personas para satisfacer adecuadamente sus necesidades humanas fundamentales como subsistencia, protección afecto, participación y libertad. Ésta depende de las posibilidades que tengan de satisfacer adecuadamente sus necesidades humanas fundamentales.

La investigación permitió observar cómo viven esta etapa de la vida destacando que a pesar de que algunos no gozan de un sistema de pensión, sí cuentan con el apoyo familiar para cubrir sus necesidades económicas más esenciales pero no de manera constante lo que los deja en una mayor situación de vulnerabilidad.

Respecto a la protección, refieren sentirse protegidos y queridos a pesar de que su familia no posee tiempo ni disponibilidad para atenderlos, situación que los propios adultos mayores evitan obligar.

Los elementos anteriores determinan la necesidad que este grupo de edad tiene de la familia y precisa la soledad que viven.

Lo anterior se expone en el marco del Día mundial de toma de conciencia del abuso y maltrato en la vejez que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) conmemora cada 15 de junio, destacando que para el 2030 aumente sustancialmente el número de ancianos.

«Este crecimiento será especialmente rápido en las regiones en vías de desarrollo. Si crece el número de personas mayores, se espera también que aumenten los abusos de los que está población es víctima».

De acuerdo al estudio realizado por Arriaga, los ancianos entrevistados reconocen sus limitaciones tanto físicas como sociales, incluso en el seno familiar, ya que la falta de una educación básica limita su posibilidad de desarrollo y de participación en la toma de decisiones al interior de la familia, incluso sobre su propia vida.

Ante ello, desarrollan mayormente creencias religiosas con las que llenan el espacio de afecto y cariño destinado a la familia y que ésta no ocupa, de ahí que para este grupo de edad, padecer una difícil situación económica no es tan grave como la falta de presencia y afecto familiar lo cual representa para ellos el punto neurálgico de la calidad de vida. (INFONOR)

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El Heraldo de Saltillo
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