OPINIÓN

¡SALUD!

Por

4 junio, 2018

ARCELIA AYUP SILVETI

¡SALUD!

¿Será determinante el clima en nuestra formación? ¿Qué tanta influencia representa provenir de una tierra caliente, una templada, gélida o de alguna playa? ¿El clima puede influir en nuestro estado de ánimo? Piensa en ti y en algunos familiares o amigos de lugares de origen diferente al tuyo. ¿Sus visiones respecto a los cambios climatológicos son diferentes?

Me causa sorpresa los comentarios al respecto suscitados en un restaurante de Torreón. Martes 29 de mayo por la noche, tres mujeres: una lagunera, otra de Saltillo y la tercera que radica en Estados Unidos de Norteamérica (USA). Las identificaré por su lugar de residencia.

Lagunera: “Hoy caminé por la tarde casi dos horas, me iba a llevar a mi perro, pero vi cómo levantaba rápido sus patitas: le quemaba el sol horrible. La regresé a la casa para evitar que le diera un golpe de calor. Así que me fui sin ella. ¡Estábamos a 45 grados!

Saltillense: “Yo, tuve que hacer varias diligencias de mi trabajo fuera de la oficina, ¡mi carro marcaba 46 grados! Cada vez que me bajaba del auto, sentía como si se acercara el diablo a darme un beso. En dos de los sitios que fui, la refrigeración no era suficiente, se sentía sofocante. Me las ingenié para terminar pronto y regresar al clima de mi auto.

USA: “Trabajar desde casa tiene sus ventajas. Cuando supe cómo estaría el clima hoy, programé mis citas para mañana y avancé pendientes desde mi laptop. No me despegué todo el día del mini split de mi estudio.

Saltillo: “Mira, mira, ¡ni que fueras gringa! Jajaja.

USA: Aunque soy lagunera, ya me desacostumbré, no puedo con este clima. Allá las ciudades están preparadas para los climas extremosos, aquí, no.

Lagunera: Par de exageradas, no hizo tanto calor, dicen que en los próximos días sí hará, estaremos arriba de los 45, para que se preparen.

El clima es el pretexto para celebrar su encuentro y su amistad. Las amigas están resguardadas bajo techo y entre paredes, en un ambiente climatizado. Ahí no se siente el sofocante calor, se olvidan de sus orígenes y de los 45 grados. Eligen una cerveza artesanal para brindar: ¡Salud!