Arancel impuesto al acero y aluminio es una medida electorera de Estados Unidos

 (Xinhua/Ting Shen)

Esta acción económica es una medida política de cara a los comicios de noviembre

El pasado jueves 31 de mayo Estados Unidos tomó la decisión de imponer aranceles al acero y aluminio importado, medida que reavivó los temores de una guerra comercial. “Estamos viendo una guerra comercial y es un escenario que no debería darse porque tendría un impacto en la economía mundial, aunque quien recibió la respuesta con júbilo fue el sector siderúrgico, al que Trump busca empoderar y recuperar”, afirmó María Cristina Rosas González, doctora en Estudios Latinoamericanos por la UNAM.

En entrevista para UNAM GLOBAL, la experta en relaciones internacionales explicó que esta acción económica es una medida política de cara a los comicios de noviembre: “casi podría apostar que después de ellas se revisarán estas acciones y las eliminará. Serán medidas temporales, aunque eso no le quita lo mediático a la nota. Trump es muy mediático, no creo que sea capaz de mantener esto de manera permanente por los costos económicos, por las fricciones que esto le crea con sus socios estratégicos y por simples consideraciones de seguridad nacional”.

En ese contexto, una vez más le está mostrando a su electorado y a su base de apoyo que cumple sus promesas. Si bien, esta decisión no es dirigida exclusivamente contra México, para Cristina Rosas era algo que se veía venir: “Estados Unidos importa cuatro veces más de lo que exporta, es una decisión que afecta a varios países, entre ellos México, quien tomará represalias en productos importantes que serán sancionados y me parece una medida correcta”.

México impondrá arancel a la lámina, acero, tuberías y aluminio, del que es un importador neto de Estados Unidos. En ese sentido, la especialista explicó que hay déficit comercial en este rubro, habrá un impacto de las ventas que hace México, pero abre una ventana de oportunidad ya que se podrían derivar estas exportaciones a otros países: “podríamos volvernos competitivos en exportaciones a otros mercados”.

Sin embargo, lo más grave es que no habrá Tratado de Libre Comercio antes de las elecciones del 1 de julio, “lo que nos debilita y esta decisión abona al hecho de que ha sido muy difícil avanzar en las reglas de origen, y del comercio agrícola”. Habrá que esperar a que pasen los comicios de Estados Unidos, “aunque no la tenemos fácil y esto se viene a sumar al estancamiento de la negociación del TLCAN, sobre todo por la dependencia comercial que seguimos teniendo respecto al país”. (UNAM GLOBAL)

 

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