ALBERTO BOARDMAN
Esta semana concluí por fin la saga del “Cementerio de los libros olvidados” de Carlos Ruiz Zafón. A lo largo de los cuatro volúmenes que la comprenden, encontré una obra completa que sin duda, se encuentra destinada a formar parte en su debido tiempo, de los grandes clásicos de la literatura universal. Así como lo digo, igual que un Dickens, un Dumas o un Twain.
Calculo que unos 16-18 años le llevaría al escritor terminar la historia completa. En su tercera edición para México, leí “La Sombra del Viento” por primera vez en septiembre de 2005. El segundo volumen en 2008. Mientras esperaba que salieran las nuevas entregas, me entretuve con algunas novelas anteriores de Ruiz Zafón, que con motivo de su creciente fama a raíz de la nueva saga, se volvieron a publicar: “Marina” y la “Trilogía de la Niebla”.
Nueve años después, en 2017, pude hacerme por fin de los dos tomos restantes, pero como había pasado mucho tiempo desde la primera lectura de sus hermanos, decidí que sería mejor releerlos de nuevo y entonces continuar la saga hasta su término. Y esta semana, cuando terminé la lectura de la última hoja de las 2,584 que componen el total, experimenté ese sentimiento que solamente se logra con los buenos libros, el de la extraña y sentida ausencia que nos dejan cuando las páginas se acaban. El mérito de Ruiz Zafón, desde mi perspectiva, más que en la historia propiamente dicha, se encuentra en sus personajes, que para el lector adquieren la categoría de seres vivos y familiares. Como si les conociéramos de toda la vida compartimos sus alegrías, desgracias y aventuras. Y es ahí donde creo que Zafón logrará dar el salto a la eternidad literaria. Por mencionar un ejemplo, nos acordamos de Tom Sawyer o de D´Artagnan, aunque no recordemos con lujo de detalle sus historias. Así, Fermín Romero de Torres, Daniel Sempere, Julián Carax o Alicia Gris, habrán de permanecer en el ideario colectivo de quienes les conocimos a través de las páginas magistralmente escritas por su creador, porque al final del día parafraseando al autor: “Los libros tienen alma, llevan el alma de quien los escribió”, y yo agregaría, y parte del alma también, de quien los leyó.
Somos lo que hemos leído y esta es palabra de lector.
Contacto: radioelitesaltillo@hotmail.com – Twitter: @AlBoardman
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