MESÓN DE SAN ANTONIO

ALFONSO VÁZQUEZ SOTELO

 ¿Lo nuevo es progreso?

¿Qué es ese monstruo que nos empuja cada día a otros niveles de acción en las cosas cotidianas? A él se le llama aplicación de la tecnología en nuestras cosas diarias.

A quienes se las ingeniaban para hacer la vida más llevadera y con mayor confort se les llamaba ingenieros, es decir tenían ingenio, eran ingeniosos.

Aplicar el ingenio, por lo tanto, hacía más llevadera la vida en todas sus expresiones. Por ejemplo, levantar el fogón de la cocina impone muchas cosas, como liberar el humo, siempre pegado a los ojos, entonces hacer un fuelle más eficaz significa tener los alimentos más manejables.

Otro ejemplo es una cerradura que dio la sensación de seguridad, cuando de suyo es tan frágil; una rueda puesta en un eje permitió desplazarse con mayor velocidad. La tecnología tiene un elevado potencial para hacernos la vida más fácil y poder disfrutar de una mayor calidad de vida.

Qué avance sin duda es la licuadora, lejana en cansancio del metate; la lavadora que aligera eso de tallar ropa. Muchos inventos son difíciles de manejar inicialmente, luego evolucionan y se simplifica su uso. Se requiere de paciencia que permita su pleno dominio, el aprendizaje del uso de las maquinarias tecnológicas es todo un arte también. Y sin duda a mayor complejidad de la maquinaria es más complicado su  noviciado.

La tecnología no sólo se ha utilizado para resolver complicados  entuertos, sino como una maquinaria capaz de hacer muerte y destrucción, siendo esta función de la tecnología la que ha despertado mayor deseo de dominio; y no se hable de tener el armamento más poderoso que resulta ser un tema de seguridad a la vez. Qué contradictorio es esto. Entre más destruya más seguridad da.

Nos gusta como humanos sentirnos fuertes, por ello en la medida de nuestras posibilidades nos llenamos de tecnología. Todos queremos estar a la moda y presumir de tener lo último del mercado. Aunque ni siquiera podamos manejar completamente toda esa cantidad de tecnología desolada en un momento.

Evalúe por ejemplo, estimado lector ¿cuánta de la tecnología de un teléfono conoce y maneja usted? Aunque la tecnología juega un papel importante en nuestras vidas, en ocasiones se convierte en un deseo insano que nos lleva por el camino de la perdición y la prepotencia.  Lo que tiene de innovador nos impulsa a tenerlo lo más pronto posible y sin mediar para nada las agresiones y sin sabores que hagamos pasar.

La tecnología juega un papel muy importante en el mundo desde el momento en que se crea un «algo” innovador que todos queremos tener cuanto antes.

¿Para qué ese deseo para ser más, de tener el privilegio del progreso con todas sus virtudes, con todos sus buenos sabores que realcen la persona y la personalidad de quien posee la gran magia del avance científico?

¿Tener los avances tecnológicos tiene por necesidad la idea de progreso como la impulsora de esa búsqueda?

El progreso consiste, de hecho, en el lento y gradual perfeccionamiento del saber en general de los diversos conocimientos técnicos, artísticos y científicos, de las múltiples armas con las que el hombre se enfrenta a los problemas que plantea la naturaleza o el esfuerzo humano para vivir en sociedad.

Por ello debemos preguntar ¿qué es avanzar? Anterior a esa pregunta es necesario estar seguros que esa inquietud por la innovación se dará así como se pretende saber leer bien desde los primeros años de entrada al sistema educativo. Pero usted sigue con la misma preocupación, nuestros universitarios no saben y no comprenden lo que leen y nadie pregunta si el egresado tiene o no una inquietud por la innovación y los avances tecnológicos y su aplicación en la vida cotidiana.

Recuerde, tenemos ese derecho de ser auténticos innovadores, lástima que seamos tan permisivos y dejemos pasar esas deficiencias como algo que no afecta. El asunto no es tan simple, la gravedad de éste es que en condición de analfabetismo científico, aunado a la carencia de innovación se genera una enorme dependencia de los descubrimientos realizados en otros países donde la ciencia y el apoyo a proyectos de nueva creación son fundamentales.

Eduquemos en  la sensibilidad, eduquemos para ser felices y no sólo seamos unos sujetos instruidos que obedecen órdenes y operan modelos donde se esclaviza la creación.

¿Usted qué opina, estimado lector?

 

Autor

Alfonso Vazquez Sotelo