Cada año, el territorio mexicano se ve afectado por los ciclones tropicales formados tanto en el Pacífico como en el Golfo de México y el Mar Caribe por el lado del Atlántico. ¿Cómo será este 2018?
En entrevista para UNAM Global Rosario Romero Centeno, investigadora del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM, mencionó que oficialmente el 15 de mayo inicia la temporada de huracanes en el Pacífico y el 01 de junio en el Atlántico. En ambas cuencas termina el 30 de noviembre.
“Esto no quiere decir que no se genere un huracán en otras fechas, sino que históricamente la gran mayoría ocurre en esa temporada”, añadió la académica universitaria.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) aún no ha emitido su pronóstico para esta temporada. No obstante, algunas universidades y centros de investigación de Estados Unidos manejan algunas proyecciones.
En el Atlántico, se espera un periodo ligeramente por encima del promedio histórico, con la posible aparición de 14 ciclones, de los cuales siete podrían alcanzar categoría de huracán, y tres o cuatro podrían ser de categoría mayor.
Para la cuenca del Pacífico Oriental no se han emitido pronósticos, pero el promedio histórico es de 15 ciclones, ocho con categoría de huracán y entre tres y cuatro de categoría mayor.
Eventos extremos y zonas frecuentes
Romero Centeno refirió que no puede saberse con anticipación qué zonas serán afectadas durante la próxima temporada, pero sí los estados que históricamente han sufrido sus estragos.
Prácticamente, todos los estados costeros son vulnerables pero existe mayor probabilidad de que un ciclón tropical penetre al territorio por Baja California Sur, Sinaloa, Oaxaca, Guerrero, Michoacán y Jalisco, principalmente durante los meses de septiembre y octubre por el Pacífico.
Por el lado del Golfo de México y Mar Caribe, los estados más afectados serán Quintana Roo, Veracruz y Tamaulipas, principalmente durante los meses de agosto, septiembre y octubre.
Los sistemas que no alcanzan categoría de huracán son llamados tormentas tropicales y son los que ocurren con mayor frecuencia. Éstas pueden causar graves daños a la población por las lluvias intensas que provocan inundaciones, deslaves y avalanchas de lodo, tanto en las zonas costeras como tierra adentro.
Además, hay eventos como El Niño y La Niña que influyen de manera importante en la generación de ciclones en el Pacífico y el Atlántico.
El cambio climático también influye, tanto por la elevación de la temperatura del mar como por el aumento de humedad en una atmósfera más cálida, destacó.
¿Por qué se dan estos fenómenos?
La investigadora dijo que la Tierra recibe energía del Sol de manera desigual y los ciclones tropicales son uno de los mecanismos que tiene el sistema terrestre para redistribuir esta energía.
Así, transportan el calor de los trópicos hacia latitudes más altas, y mantienen el sistema en equilibrio térmico. Se presentan durante la temporada más cálida (primavera-verano) porque requieren de la energía almacenada en los océanos para su desarrollo.
Se necesitan seis condiciones: temperatura superficial del mar de al menos 26.5 Celsius; inestabilidad atmosférica; humedad alta en los niveles inferior y medio de la troposfera; suficiente fuerza de Coriolis para desarrollar un centro de baja presión; una perturbación preexistente, y poca cizalladura vertical del viento.
Recomendaciones
Cada año se incrementa la población que vive en zonas costeras, lo que provoca un aumento de su vulnerabilidad. Por ello, la académica recomendó estar atentos a los avisos del SMN y de los encargados locales de protección civil.
Además, las autoridades deben prohibir los asentamientos en zonas de riesgo por ciclones tropicales, la construcción de viviendas y hoteles sobre las playas, así como la destrucción de manglares que sirven como barrera protectora ante el aumento del nivel del mar por las marejadas asociadas a estos fenómenos.
Es importante aumentar la emisión de avisos oportunos a las comunidades más vulnerables, así como establecer mecanismos y estrategias bien definidas para la transmisión de la información, para los planes de evacuación y de protección de la población.
A decir de Romero Centeno, siempre se debe estar preparado para lo peor, tener un plan de comunicación con los miembros de la familia, una mochila con lo esencial, además de conocer las rutas de evacuación.
El Centro de Ciencias de la Atmósfera
En el CCA se realizan estudios sobre la trayectoria e intensidad de los ciclones que se han registrado, qué sitios han sido afectados y el tipo de daños que han causado.
Asimismo, se estudian las condiciones atmosféricas y oceánicas que son favorables para su ocurrencia y la relación que existe con otros fenómenos climáticos como El Niño, la Oscilación Decadal del Pacífico y la Oscilación del Atlántico, entre otros.
También se realizan estudios sobre tendencias y su posible relación con el cambio climático. (UNAM GLOBAL)
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