UNA TAZA Y DOS DE CULTURA

SERGIO ARÉVALO

Simón dice

Me encontraba en la fila de la dulcería del cine tomando la más difícil decisión que uno puede tener en una situación semejante ¿con queso extra o con mantequilla?, fingir que como poquito o ser abiertamente un devorador de palomitas. Cuando escuche a unas señoras ya de edad avanzada que hablaban sobre que el nieto de una amiga suya le había confesado que era gay, no puse mucha atención porque tocaba mi turno y había prioridades, pero me simpatizó escuchar de boca de una de ellas (y más porque se piensa que la gente mayor es más “cuadrada”) que decía de manera textual “mientras sea feliz, es lo importante”.

Al entrar a ver la película, descubrí que como parte del elenco se encontraba un actor abiertamente homosexual eso me recordó a la plática de las señoras y pensé ¿le gustaría casarse a dicho actor? Desde que recuerdo me ha provocado cierto ruido que las personas infieran que los varones que se dediquen a las artes sean homosexuales pero aprovecho para preguntar ¿no merecen aquellos que de manera bella y talentosa nos maravillan con su talento establecer de manera legal un vinculo con su ser amado? Tal vez somos demasiado egoístas y pensamos que la vida de aquellos que nos entretienen solamente debe ser para eso: para entretenernos.

Tal vez caerían de la gracia de muchos aquellos actores que no han hecho publica sus preferencias sexuales por temor al escrutinio público, mantenerse al margen del escándalo o simplemente no les interesa que los demás sepan “lo que se ve no se pregunta” diría el desaparecido Juan Gabriel, pero es de pensarse ¿no queremos nosotros que aquellos que admiramos sean felices? Oh solamente como diría la abuela “es de dientes para afuera”

Si con anterioridad se hablara como ahora de la diversidad sexual tal vez el pintor Salvador Dalí y el poeta Federico García Lorca hubieran decidido formalizarse como pareja y viajar a Coahuila por el matrimonio igualitario, de ser así seguramente el surrealismo de Dalí pudiera haber tomado un aire más romántico, mientras Lorca hubiera convertido sus “Bodas de Sangre” tal vez en “Bodas de amor”.

Las artes evolucionan y ponen las situaciones sociales entre sus líneas, atriles, cuadros, lienzos, etc. La película “Yo soy Simón” es una muestra que la temática ya no debe ser “y existía un gay en la oscuridad…”, sino verse, tratarse, sentirse con más naturalidad hasta el punto de caer en una historia comica-dramática sin más intensiones que entretener, divertir y ¿por qué no? Sacar una sonrisa.

Tal vez no esté muy contento el benemérito de las Américas Don Benito Juárez con que haga alusión a él en estas líneas pero su frase me viene a la memoria y creo que va muy

acorde al tema, el ex presidente de México dijo “el respeto al derecho ajeno es la paz” yo diría simplemente “exige respeto y respeta”, y mientras el matrimonio igualitario sigue causando polémica y a otros haciendo su sueño hecho realidad, entre que son peras o son manzanas pediré un café con dos de azúcar.

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El Heraldo de Saltillo
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