UNA COLORADA (VALE MAS QUE 100 DESCOLORIDAS)

LILIA CISNEROS LUJAN 

SENSIBILIDAD POLÍTICA 

Si en términos biológicos la sensibilidad es la facultad de percibir estímulos a través de los sentidos –sentir los dedos después de un accidente, dolor en el proceso de un infarto, ver borroso por las gotas medicinales, perder la audición luego de una explosión, enrojecer la piel por exposición al sol, etc.- según los estudiosos de las emociones hay sensibilidad en la reacción -de felicidad, tristeza o molestia- al mirar una pintura, un paisaje, leer una novela o escuchar música- que permite a la persona cierta empatía con semejantes o circunstancias asociadas a éstos o su entorno.

Si esta propensión natural de una persona para reaccionar compasivamente e incluso con ternura es compatible con la obligación de servir en el ámbito político entonces las decisiones se encaminarán al bienestar de otros y no al egoísmo de aprovechar mi anhelo de satisfacción personal, dando rienda suelta al odio o animadversión por quienes no son mis afines. No se trata de llorar por la tragedia que afectó a algunos de los ciudadanos que me eligieron –muchos o pocos- sino de permitir que partir de las emociones venga la actuación mas conveniente tanto para los afectados como para quienes fueran causas de esa afectación.

¿Qué sentimientos afloran en ciudadanos del mundo, no judíos, cuando se enteran de la muerte y las heridas de centenas de palestinos que marcharon silenciosamente –sin piedras ni armas- en la frontera de Gaza? ¿Cómo se tamiza la sensibilidad que aflora en quienes conocen las diversas resoluciones de la ONU desde 1948 en que se decidió las dimensiones, límites geográficos y condiciones de territorio del estado de Israel? ¿Quiénes son mejores, los israelitas o los palestinos? Así como cada una de estas preguntas produce diversas sensaciones según del lado que las miremos, todo tema político decidido al margen de una sensibilidad que perciba lo colectivo y común, producirá disensos y divisiones que a la larga o la corta aflorarán en procesos sociales indeseables.

¿Pueden aun los auto calificados de derecha –extrema o media- no compadecerse por la encarcelación de un hombre mayor de 70 años, cuya imagen se difunde destacando la humillación, esposado y tratado como si fuera un delincuente de la peor ralea? Si hubiese una mínima sensibilidad política en los dirigentes de Brasil se habría tomado en cuenta la posibilidad de calificar tal acción como prisión injusta y por ende las posibles reacciones de furia o miedo de una población de millones de personas en el preámbulo de una elección “democrática”.

La posibilidad de conmovernos y compadecernos de otros, es justo lo que hace mover las emociones de todos en apoyo a la postura expresada por el presidente de México, ante el extremo de insultar, despreciar e intentar avasallar todo lo que nos es común. Por supuesto quienes no participan del orgullo nacional, de la identidad que nos une y del rechazo a la vejación que la postura de un presidente de otra nación nos infringe, pueden quedarse callados y luego tratar de desvirtuar el hecho, señalando cuestiones baladíes como “porque no lo hizo antes”, “yo creo que solo lo hace por conveniencia, “que mal momento pues con eso disminuyó el impacto del candidato de la continuidad” etc. pero lo cierto es que para tranquilidad de los mexicanos podemos observar que independientemente de los colores, todavía hay sensibilidad política en quien nos representa y también en aquellos que pretenden hacerlo.

La sensibilidad como valor humano, es algo desarrollado a través del tiempo, hay quienes se hacen viejos sin aprender a reconocer la ofensas y vejaciones que han infringido a otros, aun siendo estos de su familia biológica, su origen étnico o su identidad colectiva. Esta cualidad es el punto de partida para idear diversas maneras de solidaridad humana, ante la enfermedad, el empobrecimiento, el desequilibrio emocional, la violencia y la estupidez. ¿Cómo se sienten los no judíos –católicos, cristianos, árabes, musulmanes– por una decisión que pone en riesgo la multi-religiosidad de Jerusalén? ¿Hay sensibilidad política cuando se atizan los carbones de la intolerancia? ¿No les basta la historia para meditar a los anhelantes de sistemas monárquicos y autoritarios? ¿Por qué los pueblos suelen elegir a sujetos carentes de sensibilidad política?

La carencia de sensibilidad política, parece no tener fronteras, en Asia y África se torna violenta y en América, es por demás perversa porque hace uso faccioso de la ley para deshacerse de quienes considera sus enemigos o para exprimir hasta el límite a los incautos consumidores; además del ejemplo brasileño y en muy buena parte el argentino, la conferencia en México de la CFE arropado por el vocero de la presidencia en medio de miles de quejas de usuarios es otro ejemplo muy descriptivo. ¿Sabía Usted que si fue de los valientes al oponerse al cambio de medidores impuesto por una empresa con la cual por cierto no tiene contrato, lo que hacen es colocarlos fuera del domicilio de los clientes “rebeldes”, tomar la lectura común y prorratearlo entre todos los opositores? Traicionar a la patria es muy fácil usando pequeñas medidas en contra de todos y con total ausencia de sensibilidad política. Se empieza así con pequeñas e insignificantes medidas, de aquí a la final hay toda clase de abusos y excesos como sería el genocidio. Los pueblos tienen la posibilidad de usar su sensibilidad política para crear liderazgo social e impedir desde el inicio que las cosas lleguen a mayores y, eso no se da en medio de masas irreflexivas, es con programas y acciones constantes que han sido analizadas y aceptadas por una familia, colonia, pueblo o país.

No te cruces de manos si sufres una injusticia a manos de la CFE, denuncia ante PROFECO, marca copia a la Asamblea Nacional de Usuarios de la Energía y baja tu interruptor general media hora diario (de 7.30 a 8 de la noche). Ve haciendo grupo y verás como cambian las cosas con tu liderazgo.

Autor

El Heraldo de Saltillo
El Heraldo de Saltillo