Ciudad de México.- En este proceso electoral donde se renovará la presidencia de la República y más de 3 mil 400 cargos a nivel local y federal hay derechos que están en riesgo porque todos los candidatos han mostrado una visión conservadora e incluso religiosa que atenta contra el Estado laico.
Así lo afirmó la profesora-investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y especialista en socio-política de la religión, Cecilia Delgado-Molina, al participar en un foro sobre Estado laico, organizado en la Ciudad de México.
La investigadora explicó que en América Latina y México han avanzado los fundamentalismos y han tenido repercusiones en las libertades y los derechos de las mujeres, por ejemplo, en opinión de la académica, quienes hacen política creen que adoptar un discurso religioso los va a legitimar, es decir que en un contexto electoral, como el que vive México, el aura religiosa es una búsqueda de limpiarse las manos.
Hay una creencia, señaló, de que quienes son religiosos no son corruptos, de ahí la necesidad de que candidatas y candidatos se tomen fotos durante la misa o dando la mano a sacerdotes, pastores u obispos.
Delgado Molina, quien también es socióloga de la región, señaló que esta relación que forjan los políticos con las corrientes religiosas son para “limpiarse ante la corrupción” en un país donde los principales miedos de la sociedad son la violencia y corrupción.
Hay quienes piensan que la causa de estos conflictos sociales, destacó, se originan en la ruptura del tejido social, problema que a su vez se ha relacionado con la destrucción de la familia tradicional y con la pérdida de los valores.
Al relacionar estos fenómenos en cadena y asociarlos, la clase política ha buscado poner las bases de un nuevo pacto social con una base religiosa.
Así, en el actual proceso electoral, hay políticos que son explícitos en sus convicciones religiosas y otros que hacen guiños a estas corrientes de pensamiento, por ejemplo, el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la Presidencia de la República, José Antonio Meade, aludió a la fe católica para no comenzar su campaña el día que marcaba la ley electoral, el 30 de marzo.
En un spot el candidato afirmó: “El próximo viernes comienzan legalmente las campañas electorales, coincide con el Viernes Santo, que es un día de gran trascendencia para las familias mexicanas” y aseguró que en “respeto a la fe” comenzaría su campaña hasta el 1 de abril.
Por su parte el candidato del PRI a la Jefatura de Gobierno, Mikel Arriola, comenzó su campaña el 30 de marzo con el lema “Tú familia es primero” y aunque no señaló que se refería a la familia heterosexual y monógama, en su precampaña afirmó que la Ciudad de México sería la “ciudad de los valores” y rechazó la adopción entre parejas del mismo sexo.
Por su parte la candidata presidencial por la vía independiente, Margarita Zavala, ha hablado de su vida y de su educación y formación católica, también ha expresado su visión de familia al pronunciarse por los matrimonios entre mujer y hombre.
Aunque Zavala participó en foros internacionales como la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer en Beijing que se realizó en 1995 y donde surgió uno de los documentos base para implementar políticas de igualdad de género, ella forma parte de una corriente conservadora que dice sí a la igualdad de oportunidades pero no al género.
Por su parte, el candidato presidencial de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador, se declara cristiano y admirador de Jesucristo, y en consecuencia, ha mencionado que derechos que causan polémica, como el aborto, deben someterse a consulta popular.
Si bien cada candidato profesa una religión, lo que ha encontrado la investigadora es que a pesar de las diferencias, todas las Iglesias se juntan en un mismo objetivo que es contra lo que han llamado “la ideología de género” la cual sostiene que hablar de género desnaturaliza.
Sin embargo, la investigadora, quien actualmente realiza una investigación sobre religión y política en el contexto de violencia y construcción de paz en el estado de Morelos, dijo que la experiencia demuestra que la gente vota tomando en cuenta muchos factores y no sólo su convicción religiosa.
Por ejemplo, la población católica votan por quien quiera sin importar si los sacerdotes o su Iglesia tienen un partido o un candidato preferido. Pese a ello, mencionó que hace falta analizar las preferencias electorales de otros grupos religiosos.
Cabe mencionar que en México el Artículo 24 señala que “toda persona tiene derecho a la libertad de convicciones éticas, de conciencia y de religión, y a tener o adoptar, en su caso, la de su agrado”; asimismo el Artículo 115 dice que “los estados adoptarán, para su régimen interior, la forma de gobierno republicano, representativo, democrático, laico y popular”. (CIMAC NOTICIAS)
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