FRANCISCO TREVIÑO AGUIRRE
¿Shale o no shale?
En el marco del anuncio que dio a conocer PEMEX sobre el contrato que firmaron con la empresa texana Lewis Energy para la exploración y extracción de gas shale en el norte de Coahuila, se encuentran opiniones divididas. Mientras que algunas personas piensan que esta actividad vendrá a contaminar los mantos acuíferos y ocasionará temblores, otros tantos piensan que detonará un crecimiento económico importante y que este llevará a contar con mayor infraestructura y la generación de una gran cantidad de empleos bien remunerados. Al respecto, debemos recordar que hace 4 años en el municipio de Guerrero, Coahuila se instaló un campamento donde más de 500 técnicos y especialistas de todas partes del mundo llevaban a cabo exploraciones para determinar la cantidad y localización de gas de lutitas en esta región del Estado, y donde el Instituto México del Petróleo y la empresa norteamericana Geokinetics invirtieron más de 90 millones de dólares en llevar a cabo estas exploraciones. Lo que es un hecho, es que Estados Unidos viene por el gas shale de México. Nuestro país cuenta con más de 545 billones de pies cúbicos de gas, lo que nos ubica como el sexto país con mayores reservas a nivel mundial. En Coahuila, se estima que 3 cuartas partes del territorio cuenta con gas shale, aunado a esto, la cercanía con Estados Unidos, hace muy atractivo para las empresas dedicadas a este sector invertir en el Estado. Como usted recordará hace tiempo mencionamos que en su Gabinete Donald Trump cuenta con expertos en el tema de energéticos como Rex Tillerson, CEO de Exxon Mobil y Ex Secretario de Estado, Rick Perry, ex Gobernador de Texas, actual Secretario de Energía y a quien se le atribuye el importante desarrollo de la explotación del gas shale en ese Estado. Adicionalmente, uno de los principales asesores del Presidente es Harold Hamm, a quien se le conoce por ser el pionero del fracking, proceso por el cual se extrae el gas shale. Por todo lo anterior, las negociaciones del TLCAN se verán fortalecidas con la inclusión de los sectores de energía, petróleo y gas. Cabe señalar que en el Tratado de Libre Comercio que imició en 1994, no se incluyeron los temas en mención, ya que en ese entonces no existía apertura para las inversiones privadas en materia de energía e hidrocarburos. Hoy por hoy, el tema del gas shale sigue siendo un punto de discusión donde se analizan los efectos que este sector ha tenido en Estados Unidos y que puede ser replicados en otras partes del mundo. Los factores geográficos, técnicos, económicos y sociales no permiten garantizar que en
México el desarrollo de la industria del gas shale puede ser un éxito, aunque tampoco se puede determinar lo contrario. Lo que es importante señalar es que ante un potencial auge en la explotación de este sector, se deberán de crear políticas energéticas, ambientales y tecnologías en un marco regulatorio que permita realizar esta actividad en un entorno de cordialidad con el medio ambiente, detonando la inversión y el crecimiento económico y lo que esto implica, donde se estima tan solo en Coahuila, sea de más de 50 mil millones de dólares.
Twitter: @pacotrevinoa email: pacotrevinoag@gmail.com
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