Carissa F. Etienne señala que los avances en la lucha contra las enfermedades no transmisibles dependen del compromiso político, en particular de los gobiernos nacionales para que trabajen de una manera multisectorial anteponiendo primero la salud antes que la propia política, las ganancias económicas o la promoción personal.
Sus declaraciones fueron escuchadas en una reunión del consejo permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y el Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral este martes en el que se destacó que estas enfermedades afectan de manera desproporcionada a los más vulnerables.
Durante el encuentro el presidente de Uruguay, Tabaré Vasquez, instó a las Américas a unirse para trabajar en soluciones contra estos padecimientos durante la próxima Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre, cuando se realizará una reunión de alto nivel sobre el tema. “Solamente unidos podremos vencer en esta lucha. Solamente unidos podremos defender la salud de nuestra gente. Solamente unidos podremos defender la vida de las personas”, subrayó.
El cáncer, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y las enfermedades crónicas respiratorias son las principales enfermedades no transmisibles que se sufren en las Américas. Un tercio de quienes mueren por estas mueren de manera prematura, con menos de 70 años.
Se estima que más de 200 millones de personas en la región viven con uno de estos males y que necesitan tanto cuidados médicos a largo plazo como acceso a medicinas.
El costo de las enfermedades no transmisibles
Se estima que las enfermedades no transmisibles pueden llevar a Perú a perder un 7% de su Producto Bruto Interno (PBI), cada año por los próximos quinceaños, y que Jamaica perdería un 4% de su PBI y Costa Rica un 4,4%.
Las pérdidas económicas son enormes debido a los costos asociados a la perdida de la productividad por muertes prematuras y a los gastos en servicios de salud.
“La evidencia nos muestra que las políticas regulatorias en materia financiera, comercial, laboral, en la agricultura, el desarrollo social y la educación, entre otras, pueden tener un mayor impacto en prevenir y controlar las enfermedades no transmisibles, que el sector de la salud por sí solo”, afirmó Etienne.
Si bien hay avances en la región para reducir la carga de enfermedades no transmisibles, aún queda mucho por hacer, en particular en el abordaje de los factores de riesgo como el consumo de tabaco, alcohol y las dietas poco saludables.
La directora de la Organización Panamericana de la Salud resaltó la interferencia de la industria, al igual que los intereses económicos y comerciales, que impiden la implementación de políticas para controlar estas enfermedades.
Etienne destacó el liderazgo de Uruguay en medidas de control de tabaco y llamó a seguir su ejemplo “de poner regulaciones más fuertes”. También puso de ejemplo las políticas de impuestos a las bebidas azucaradas implementadas por México, Barbados y Dominica, y las políticas de promoción de dietas saludables a través del etiquetado de alimentos para informar a los consumidores, que se han puesto en marcha Chile y Ecuador. (CINU)
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