La nueva enfermedad: Phubbing, cuando tu teléfono es más importante que la gente

 

 

Por Ricardo Capilla Vilchis/ Agencia Informativa Conacyt

Ciudad de México.- El phubbing es la práctica que comete una persona cuando ignora a sus interlocutores por revisar su dispositivo móvil, que deteriora las relaciones personales y exhibe el uso indiscriminado de tecnologías que han irrumpido en la vida cotidiana.

El término phubbing nace de la conjunción de las palabras phone y snubbing: teléfono e ignorar, respectivamente. Este comportamiento, que no se limita solo al uso de teléfonos sino que también incluye tabletasy otros dispositivos portátiles,ha irrumpido en las vidas de los mexicanos y representa un factor que los aísla y genera problemas de interacción social.

En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, la maestra Evelyn Téllez Carvajal, profesora investigadora del Centro de Investigación e Innovación en Tecnologías de la Información y Comunicación (Infotec), institución que forma parte de los centros públicos de investigación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), habló sobre este comportamiento y las consecuencias que acarrea.

Téllez Carvajal publicó en 2017 un artículo en el que analiza la problemática del phubbing en la comunicación de las familias mexicanas. Explicó que en 2012, el término fue incorporado por vez primera en el Diccionario Australiano Macquarie, gracias al trabajo de un grupo de expertos en lenguaje que consintieron en la pertinencia del vocablo y desde entonces se ha vuelto una palabra de uso común en las comunidades de habla inglesa.

“Lo que vemos es que las tecnologías ayudan a comunicarnos más con las personas que están ausentes, mas no con las presentes. Ahí viene la parte negativa de este asunto, pues los dispositivos electrónicos nos conectan con los que están lejos, y al mismo tiempo nos desconectan de los que están cerca. La mayoría de las veces, la gente que es víctima del phubbing no expresa su incomodidad ante el hecho de ser ignorado por su interlocutor, pero sí tiene un sentimiento negativo de abandono cuando alguien les ignora por revisar su celular”, expresó la investigadora.

Téllez Carvajal destacó que esta conducta se debe a que las personas no están educadas en la manera en que se debe consumir la tecnología. De un día para otro, los teléfonos inteligentes se volvieron accesibles a una gran parte de la población, pero en ningún momento se dijo a los usuarios las consecuencias adversas en sus comunicaciones o en sus relaciones personales por hacer un uso inconsciente de dichos dispositivos.

“No nos estamos dando cuenta de qué es lo que estamos haciendo ni de la manera en que estamos consumiendo las tecnologías, y mucho menos somos conscientes del tiempo que invertimos en su uso. Además, no se nos está educando ni sensibilizando ante estos temas, incluso nosotros con nuestra actitud le estamos enseñando a los niños que es correcto ignorar a los presentes, pues los padres les damos los teléfonos o tabletas a los niños porque se quiere que guarden silencio mientras los adultos nos comunicamos con otra persona e ignoramos a los menores, y ellos a su vez aprenden a ignorarnos”, dijo.

 

MEXICANOS EN INTERNET

Según datos del «13o Estudio sobre los Hábitos de los Usuarios de Internet en México 2017», realizado por Infotec y la Asociación de Internet.mx, 91 por ciento de los internautas mexicanos accede a la red haciendo uso de un teléfono inteligente. Asimismo, el estudio arrojó que el tiempo promedio diario que una persona pasa conectada a Internet es de ocho horas con un minuto, 47 minutos más que en 2016, de las cuales casi tres horas son gastadas en redes sociales.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en su documento «Estadísticas a propósito del Día Mundial del Internet» (17 de mayo), de los 81 millones de mexicanos que son usuarios de telefonía celular, 76 por ciento utiliza un smartphone.

La investigadora resaltó que es recomendable que los menores tengan acercamiento a los dispositivos electrónicos hasta después de los tres años de edad, siempre bajo supervisión y con ciertas restricciones, de modo que los dispositivos se integren en la comunicación entre padres e hijos, pero nunca la sustituyan. De igual forma, recomendó que los padres hagan uso de los controles parentales para limitar el acceso a contenidos inadecuados a su edad.

“No estoy en contra de las tecnologías, pero debemos tener conciencia de qué es lo que está causando con nuestras relaciones. Debemos incorporar en las escuelas el tema de ética y tecnología, así como el de civismo y tecnologías, y en los hogares reflexionar y saber cuáles son las consecuencias que puede haber por estar todo el día conectado, ya que el consumo indiscriminado de tecnologías puede derivar en una problemática seria de salud física y mental”.

 

 

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El Heraldo de Saltillo
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