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EDUARDO J. DE LA PEÑA

Vaya manera de Andrés Manuel López Obrador de materializar sus propuestas aún sin haber ganado la elección, y para su prometida amnistía a delincuentes escogió un caso emblemático, el de Napoleón Gómez Urrutia, al que pretende conseguirle fuero como Senador plurinominal.

Carlos Pavón, dirigente del Sindicato Minero Metalúrgico, ha recordado en estos días las tropelías de Gómez Urrutia por las que terminó huyendo del país desde hace doce años, comenzando por haber heredado la dirigencia sindical de su padre sin haber sido nunca minero.

El hijo de Napoleón Gómez Sada era un funcionario del sector público a niveles directivos, cursó una licenciatura en Economía en la UNAM y un posgrado en Oxford, Inglaterra. Fue por doce años Director de la Casa de Moneda en México hasta que heredó el sindicato.

Para poder asumir el cargo sindical, Gómez Urrutia simuló haber trabajado en una mina de Durango con un salario diario de 28 pesos, cuando en realidad trabajaba para el gobierno en un cargo directivo que tiene este año una remuneración de cerca de 4 mil pesos.

De acuerdo con Pavón, no hay en el Seguro Social registros de que Napoleón haya estado siquiera en la nómina de la minera.

Por diez años manejó a su antojo al Sindicato, hasta que salió a relucir el quebranto por 55 millones de dólares que lo llevó a huir hacia Canadá, donde consiguió la ciudadanía gracias al respaldo de sindicatos de aquél país que han estado en colusión con otros de Estados Unidos para desestabilizar empresas trasnacionales en México.

Carlós Pavón ha hecho una revelación, los dirigentes mineros que se quedaron a cuidarle las espaldas a Napoleón, a los que convenció con la historia de que era un perseguido político, lo visitaban cada mes en Canadá y le llevaban cada uno nueve mil dólares, en cada viaje eran mínimo cinco «visitantes» y cada uno cuidaba de no sobrepasar el límite legal de 10 mil dólares.

Es decir que cada mes le llevaban como mínimo 45 mil dólares de las arcas sindicales para que viviera con todas las comodidades, hasta que se dieron cuenta que los había embaucado y no había tal persecución política.

Pero además Napoleón está impedido legalmente para ser candidato a Senador, pues no acredita los seis meses mínimos de residencia ininterrumpida en el país, y la ley prohíbe las candidaturas a quienes tienen doble nacionalidad, como es su caso.

Es poco probable que López Obrador y su equipo desconozcan todo esto, más bien parece que el eterno aspirante presidencial, tan dado a pensar en conspiraciones ya las aprendió a montar, y encontró en la presunta candidatura de Napoleón el camino para extorsionar a empresarios mexicanos que no lo quieren de regreso en el país desestabilizando al sector productivo.

¿No lo quieren aquí?, que paguen entonces más de lo que ofreció por la Senaduría.

 

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Ya definidas las candidaturas en el PRI, tanto para Senadurías, diputaciones federales y alcaldías, lo que resta ahora es, además de las campañas, estar bien atentos a las señales de desunión y traición que ya se empiezan a advertir en algunos municipios, por ejemplo en dos de los que permanecen en focos rojos tras la derrota del 2017, Monclova y San Juan de Sabinas.

En Monclova siguen las confrontaciones entre los principales actores políticos que no dudarían en, como lo han hecho en el pasado, poner zancadillas a Lulú Kamar y Guadalupe Murguía para que no lleguen a la alcaldía y la diputación federal.

Unos que ya bailaron no se quieren sentar, y tal vez no mueven un dedo en contra de las candidatas, pero tampoco muestran disposición a aportar sus activos políticos. Otros que se quedaron con las ganas de nuevas oportunidades ya se les dice arreglados con el panista Alfredo Paredes López para ayudarle en la reelección.

Hace falta un manotazo en la mesa para que se pongan en orden.

En San Juan de Sabinas Oscar Ríos ya había abierto el juego contra Karina Treviño, y hasta amagaba con postularse por otro partido. Por lo pronto bastó la operación de Carlos «El Güero» Boone para regresarlo al redil.

Boone sabe lo que pueden costar las traiciones y a nivel local se ha convertido en el mejor operador de Rigo Fuentes.

 

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Falleció la señora Guadalupe Galindo Cárdenas, viuda de Ochoa Ruesga.

Doña Lupita fue por años un referente en las crónicas de sociedad en el desaparecido Sol del Norte. Discreta compañera en las actividades en el sector público, académico y los clubes de servicio, de su esposo el Arquitecto Jesús Ochoa Ruesga, juntos tuvieron una activa participación dirigiendo en distintas épocas al Club de Leones, el Consejo de la Buena Vecindad y el grupo de las Ciudades Hermanas, además de estar al frente del Patronato de la Feria en varias ocasiones, entre ellas la significativa con que se conmemoró el 400 aniversario de Saltillo.

Para sus hijas e hijo, Jesús Ochoa Galindo, vayan nuestras condolencias.

 

 

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El Heraldo de Saltillo
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