OPINIÓN

ALGO QUE VALE LA PENA CONTAR

Por

15 febrero, 2018

ALBERTO BOARDMAN

Al principio de la organización temporal, el calendario romano-juliano solamente constaba de diez meses, de ahí respectivamente que el significado de Diciembre sea «decem-diez», Noviembre «novem-nueve», Octubre «octo-octavo» y Septiembre «septem-siete».

Agosto (antes sextilis), sería renombrado en honor del emperador Octavio Augusto, e incluso se le añadió un día más quedando también en 31 para no ser menos que Julio, llamado así en honor a Julio César, por coincidir este mes con su nacimiento.

Junio sería nombrado en honor a la diosa Juno, una de las figuras más significativas del Olimpo y representante del matrimonio y del hogar.

Mayo, por la diosa Maia, deidad de la tierra e incluso de la primavera, una de más antiguas de Roma y esposa de Vulcano. Sus sacrificios se realizaban el 1 de mayo.

Abril, proviene de «aperio» que significa «abrirse» en latín. En éste mes comenzaban a abrirse flores, árboles y se desarrollaba la vegetación ante la llegada del calor.

Marzo constituía el primer mes del calendario romano antiguo, y fue nombrado así en honor a Marte, dios de la guerra. Durante el primer mes del año se realizaba la planificación de todas las campañas bélicas.

Dos meses se agregaron cuando se reacomodó el calendario en tiempos de Numa Pompilio, (2do Rey de Roma, 715 – 672 a.C) quien incorporó Enero y Febrero, adaptando el antiguo calendario al ciclo solar y astronómico.

Para Febrero hay dos versiones. La primera dice que proviene del latín «februm» («purificarse»), ya que en este tiempo se realizaban actos de purificación y limpieza. La segunda cuenta que se refiere a «fiebre», por ser un mes en el que al iniciar las tareas de siembra, los esclavos se infectaban con hongos y padecían fiebres; por esta razón, el mes se atribuía al dios maligno que las causaba. Incluso acortaron su duración, dejándolo en 28 días para reducir la participación del ente maligno.

Enero (Ianuarius-Jan), toma su nombre del Dios Janus, deidad de las puertas, principios y finales; dios de dos caras que miran el pasado y el porvenir. Como Enero sería el mes que daría apertura al año, decidió nombrarse así en su honor.

Somos lo que hemos leído y esta es, palabra de lector.

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