AMOR INCONDICIONAL

El amor incondicional se entiende como el más puro amor sin condiciones y sin beneficios para nadie, en otras palabras, es amar sin esperar nada a cambio, sólo deseas la felicidad y el bienestar del ser amado. La psicología lo define como el más puro amor sin condiciones y sin beneficios para nadie, es decir, sencillamente amas sin juzgar, sin pedir reciprocidad, apoyas incondicionalmente, sin ninguna restricción. El ser humano ha pensado y reflexionado sobre el amor incondicional. El apóstol Juan señalaba “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero”. Refiriéndose a Dios. En la biblia en Romanos 4:8 dice “más Dios. Muestra su amor para con nosotros en que siendo, aún pecadores, Cristo murió por nosotros”. En Corintos13-4 “El amor no es envidioso, ni jactancioso, ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor”. Mario Benedetti escribió “Sé que voy a quererte sin preguntas, sé que vas a quererme sin respuestas”. Para el budismo el amor verdadero es incondicional y libre de apego.

También se han escrito grandes historias sobre este tipo de amor incondicional como Romeo y Julieta de Shakespeare, Orgullo y Prejuicio de Brontë, además, encontré publicados un buen número de libros que hablan del Amor incondicional. Lo que me llevó a preguntarme si ¿verdaderamente existe el amor incondicional? Y creo que no, no es posible, porque cuando hay una relación entre humanos se atraviesa la lucha de poderes entre ambas partes, ya sea para tener el control, querer que la persona cambie de acuerdo con su manera de pensar, tener un determinado interés, en fin, hay un sinnúmero de factores y comportamientos tóxicos, entonces el amor requiere inevitablemente de condiciones impidiendo que sea incondicional.

Pero ¿qué cree mi querido lector? Yo lo encontré, ¡sí! aunque usted no lo crea, llegó a mi vida hace dos años en el mes de mayo, me costó mucho trabajo entender esta forma de amar, porque siendo honesta a mí me complace tener el control (a quien no ¡verdad!). Al tener entre mis brazos a ese ser vivo, observé un alma limpia y pura, una mirada sincera, leal. Al pasar del tiempo se convirtió en un gran compañero, que me expresa constantemente y de diferentes formas su amor, lo que me hace sentirme protegida. Yo me resistí muchos años a tener una mascota por mil razones, hay que cuidarlas eso implica, su baño, vacunas, desparasitar, alimentarla, pasearla y cuando se enferman atenderlas, es una gran responsabilidad es una vida. Cuando mis hijos eran pequeños tuvimos a Laika, una perra Malamute de Alaska lloré mucho al perderla y ya no quise una mascota.

Pero por azares del destino llegó a mi Toro un Shih Tzu con dos meses de edad, ya no recordaba lo que significaba tener un cachorro en casa, con el pasar de los días Toro inició sus diabluras por la casa, destruyó con gran facilidad los objetos que tenía a su alcancé, se comía mis libros, le encantaba entrar a la despensa y regar las sopas de pasta por toda la casa, un día no lo escuchaba, lo busqué por todas partes y ¡Oh! Sorpresa lo encontré en el fondo de la despensa, estaba atorado en una freidora (que tenía aceite), se subió a ella para alcanzar un objeto y la tapa de la olla se rompió, Toro cayó dentro de ella. Lo saqué con cuidado, pero cuando se sintió liberado se me escabulló de las manos, corrió y corrió por toda la casa sin poder alcanzarlo y dejando sus huellas de aceite por todas partes, después de recorrer toda la casa logré agarrarlo, creo que fue demasiado tarde. Al ver la terrible escena que había dejado Toro a su paso, sentía que me daba un infarto, me costó tanto trabajo quitar de su cuerpo y de toda la casa el aceite.

Después de arreglar todo, se me acercó con la cola entre las patas, me lamió las manos para demostrarme su arrepentimiento, sentí como si me pidiera perdón. Ahora con el paso del tiempo siento una gran conexión con él, es mi consentido, me da compañía cuando estoy sola camina a mi lado por toda la casa, cuando me ve triste me ladra y salta para jugar, si me pongo a trabajar se enrosca a mi lado, me hace sentir feliz, ya lo decía atinadamente el actor Robert Wagner “Un perro te enseñará amor incondicional. Si puedes tener eso en tu vida, las cosas no serán malas”. Las mascotas no juzgan, no critican y no importa lo que les hagas, ni como los trates siempre serán leales y te demostrarán su amor.

Autor

Susana Cepeda Islas
Susana Cepeda Islas
Cursó la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública en la UNAM. Obtuvo el Grado de Maestra en Psicología Social de Grupos e Instituciones por la UAM-Xochimilco y el Doctorado en Planeación y Liderazgo Educativo en la Universidad Autónoma del Noreste. Cuenta con la Especialidad en Formación de Educadores de Adultos por la UPN; y con los siguientes diplomados: en Calidad Total en el Servicio Público, Análisis Politológico, y en Administración Municipal en la UNAM, entre otros.
Ha desempeñado diferentes cargos públicos a nivel Federal, Estatal y Municipal e impartido cursos de capacitación para funcionarios públicos, maestros, ejidatarios en el área de Administración Pública y Educación. Catedrática en la UNAM, UA de C, UVM, La Salle y en la UAAAN. Asesora y sinodal en exámenes profesionales en el nivel licenciatura, maestría y doctorado. Ha publicado varios artículos en el área de administración pública y educación en diferentes revistas especializadas, ha asistido a diferentes Congresos a nivel nacional e internacional como ponente en el área de Administración Pública y Educación, coautora en dos libros. Autora del libro Islas de Tierra firme.
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Cursó la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública en la UNAM. Obtuvo el Grado de Maestra en Psicología Social de Grupos e Instituciones por la UAM-Xochimilco y el Doctorado en Planeación y Liderazgo Educativo en la Universidad Autónoma del Noreste. Cuenta con la Especialidad en Formación de Educadores de Adultos por la UPN; y con los siguientes diplomados: en Calidad Total en el Servicio Público, Análisis Politológico, y en Administración Municipal en la UNAM, entre otros. Ha desempeñado diferentes cargos públicos a nivel Federal, Estatal y Municipal e impartido cursos de capacitación para funcionarios públicos, maestros, ejidatarios en el área de Administración Pública y Educación. Catedrática en la UNAM, UA de C, UVM, La Salle y en la UAAAN. Asesora y sinodal en exámenes profesionales en el nivel licenciatura, maestría y doctorado. Ha publicado varios artículos en el área de administración pública y educación en diferentes revistas especializadas, ha asistido a diferentes Congresos a nivel nacional e internacional como ponente en el área de Administración Pública y Educación, coautora en dos libros. Autora del libro Islas de Tierra firme.